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¿Se han puesto a pensar alguna vez en cuáles son los componentes de los alimentos que consumimos día a día? Por más de que la gran mayoría viene en empaques con imágenes campestres o colores verdes representando la naturaleza, existe un proceso industrial tras los mismos que desconocemos.

¿Y cuál es el problema de esto? En realidad son varios: primero, estamos hablando de materias muy poco naturales y puras. Los alimentos hoy en día contienen colorantes, conservantes y saborizantes que los hacen más atractivos a la vista, al paladar y permiten que duren más tiempo. Pero ¡muchos de estos aditivos son muy nocivos para nuestro organismo!

Por otro lado, y ojo con esto, muchas veces compramos queso, por ejemplo, y no vemos que lo que menos tiene es leche de vaca. Dentro de un trozo de "queso" encontraremos desde gelatina para que tenga más firmeza, extraída de cartílagos de vaca y pollo, hasta almidón de maíz para aumentar su volumen, empleando menos leche. Obvio, también éste tiene conservantes, resaltadotes de sabor, etc. ¡Y eso pasa con varios productos!!!

Vean este video en el que explican cómo hacer un experimento en el que se puede detectar el almidón presente en distintos alimentos. ¡Se van a sorprender!


Los cultivos transgénicos

¿Qué quiere decir que un cultivo sea trangénico? Esto es que ha sido manipulado genéticamente con la incorporación de genes procedentes de otras especies o de productos que lo hagan más resistente a ciertas inclemencias, como plagas, lluvias excesivas, vientos, sequía... etc.

Uno puede pensar que esto no puede afectar de ninguna manera a nuestro organismo ni al medio. De hecho, en el momento en que comenzó a implementarse la manipulación genética en los cultivos, se vio como un gran avance en la ciencia y en la tecnología.

Pero, a diferencia de este pensamiento, les voy a mostrar varios de los efectos nocivos que producen este tipo de alimentos en nuestra salud, en el ambiente y en la producción local (los que se conocen hasta ahora, es muy posible que surjan más):
- Nuevas alergias por introducción de nuevas proteínas en los alimentos.

- Resistencias a antibióticos en bacterias patógenas para el hombre: algunos transgénicos pueden transferir a las bacterias la resistencia a determinados antibióticos que se utilizan para luchar contra enfermedades tanto humanas como animales (por ejemplo, a la amoxicilina).

- Nuevos tóxicos en los alimentos: debido a los cultivos Bt o a las proteínas que se utilizan como marcadores en los OMG (Organismos Modificados Genéticamente).

- Incremento de la contaminación en los alimentos: por un mayor uso de productos químicos en la agricultura.

- Disminución en la capacidad de fertilidad: esto se ha testeado en ratones de laboratorio, lo que indica la posibilidad de que esto también ocurra en humanos.

- Riesgos en parámetros sanguíneos asociados con las funciones renales y hepáticas.

- Efectos desconocidos o impredecibles: La ingeniería genética aplicada a la creación de los cultivos transgénicos parte del principio de que los genes tienen una función en sí mismos, sin tener en cuenta ningún otro factor interno o externo al organismo. Es imposible predecir el comportamiento de los nuevos genes introducidos en ecosistemas complejos.

- Contaminación del suelo: Las plantas Bt producen una toxina insecticida llamada Bt , la cual se acumula en el suelo.

- Desaparición de biodiversidad: La contaminación genética pone en peligro variedades y especies cultivadas tradicionalmente.

- El incremento del uso de pesticidas aumenta la contaminación química y crea resistencias: las plantas de vuelven tolerantes a los herbicidas, de modo que el agricultor debe utilizar mayor cantidad de agrotóxicos para acabar con las malas hierbas. Hoy se está utilizando más cantidad de pesticidas en los cultivos transgénicos que en los convencionales.

- Dependencia de las multinacionales: las empresas que controlan el mercado de las semillas MG y de los productos químicos asociados en todo el mundo, son muy poquitas. Éstas fueron y siguen adueñándose de todos los productores de semilla locales con el sistema de las biopatentes. Las mismas son el derecho de propiedad sobre plantas, animales y material genético de seres humanos. Y cómo se logra esto? Una forma es a través de los productos que comercializan. Si un productor adquiere semillas de alguna de estas empresas, luego no puede reproducirlas. Debe volver a comprar semillas para su nuevo cultivo. La otra manera es a través de la polinización. Estas grandes empresas ocupan terrenos alrededor de las zonas que todavía son independientes, plantando con sus semillas modificadas estas porciones de tierra vecinas. De esta manera acorralan a los productores locales, ya que polinizan sus semillas y luego les obligan a pagar por su patente. ¿Da miedo, no?
Por otro lado, el costo de producción de cultivos transgénicos es doble que el de cultivos tradicionales. Esto se debe a que aumenta la necesidad de utilizar productos como insecticidas BT entre otros productos.

En Argentina, la soja transgénica entró en el año 1996. Desde ese momento hasta el día de hoy se agravó la crisis de la agricultura. Además, es preocupante cómo aumento la destrucción de los bosques, el desplazamiento de los campesinos y trabajadores rurales, el aumento en el uso de herbicidas y una disminución en la producción de alimentos para consumo local. La mitad de la población está por debajo del umbral de la pobreza.

Green Peace Publicó un listado en el que se puede ver qué empresas (entre tantas otras) utilizan transgénicos en sus productos y cuáles no. Aquí les comparto el link para que puedan descargarla o verla online:

Greenpeace: listado de empresas que usan o no transgénicos (archivo pdf)