Cerca de 7.000 personas han muerto en 2011, del millón de casos que registra el país. Apenas el 2% de la población de la isla tiene acceso al agua potable. Piden que la ONU atienda los reclamos de los afectados.
Haití cólera
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Dada la evolución de la enfermedad, cuyos costos humanos los ha cuantificado la Organización Mundial de la Salud (OMS), varias organizaciones humanitarias han abandonado el país. Lo ha advertido el Centro Estadounidense para el Control y la Prevención de Enfermedades: la epidemia fue importada por el personal de una base nepalí de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití.

Otro estudio realizado a inicios de año por un investigador francés indicó también que el origen se debía a la presencia de los cascos azules nepalíes, que supuestamente defecaron en las cercanías del río Artibonite.

Esa ribera, que es uno de los principales afluentes de Haití, es utilizado por miles de personas para lavar, beber, pescar o bañarse.

En Haití, sólo 2% de los 9 millones de habitantes tienen acceso al agua potable. El resto de la población se arregla con letrinas o realiza sus necesidades fisiológicas en lugares al descubierto, como los ríos o las cercanías de las viviendas.

Un grupo de abogados haitianos, representantes de más de 5.000 enfermos de cólera, han advertido a Naciones Unidas que la denunciará ante los tribunales si no atiende la demanda de indemnización que han presentado en noviembre, con la que reclaman 100.000 dólares para los familiares de los muertos por cólera y 50.000 para cada contagiado.

También han pedido que Naciones Unidas forme un tribunal para evaluar los reclamos en nombre de los casi 7.000 fallecidos y 600.000 enfermos que dejó la dolencia desde su aparición, en octubre de 2010.

Durante el pasado mes, decenas de haitianos salieron a las calles de Puerto Príncipe para protestar contra la presencia de la Minustah y en demanda de mejoras en las condiciones sanitarias para los enfermos de cólera.

La Minustah (sigla en inglés de Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití) fue sucesora de una Fuerza Multinacional Provisional, autorizada por el Consejo de Seguridad de la ONU en febrero de 2004, cuando el entonces presidente Jean Bertrand Aristide fue obligado a partir al exilio tras un golpe de estado.