Las clases sociales y sus roles, aunque a día de hoy, para muchos estudiosos de la filosofía y la sociología, estén claramente desdibujados (lo cual sería un tema amplio de debate) han existido desde que el hombre se integró en la sociedad.
Cueva paleolitica
© Sam tree / FlickrLas clases sociales ya habrían aparecido en el paleolítico.
Los últimos descubrimientos arqueológicos en Siria no hacen sino apoyar dicha tesis, pues se han hallado los restos de un poblado de 13.000 años de antigüedad (paleolítico) cuya estructura evidencia una marcada distinción entre los distintos estratos sociales de aquella tribu.

Qarassa 3, nombre que se le ha dado al poblado, se compone de 12 cabañas, dos de las cuales muestran un nivel de complejidad superior al resto. Según el investigador del CSIC en la Institución Milá y Fontanals Juan José Ibáñez, "esta característica podría indicar una diferencia en el rol social de sus habitantes".

Las dos viviendas con un mayor nivel de complejidad fueron destinadas probablemente a los altos dirigentes y contaban con la mejor orientación del poblado y las estructuras más sólidas.

Una de ellas presenta divisiones internas y una pequeña plataforma interior sobreelevada y la otra consta de una fosa y dos plataformas exteriores asociadas a la puerta de entrada. Para el responsable de la excavación, el investigador del CSIC, Xavier Terradas, "la estructuración del espacio interior es un hallazgo clave en la historia de la arquitectura".

El hecho de que estas viviendas superasen en altura al común de chozas del poblado y que contasen con varios pisos y zonas destinadas al desempeño de ciertas actividades de corte social restringidas al común de la población, evidencia que ya en pleno paleolítico la separación en castas o clases sociales estaba más definida de lo que muchos creían.

Sedentarismo, motor de la disgregación social.

El hombre es un ser social y por ello siempre se ha desarrollado en sociedad. La tribu primitiva del hombre prehistórico ya poseía cierta separación de las tareas sociales. Por lo general el varón se encargaba de la caza y la protección de la tribu y la mujer de la educación y la crianza de los hijos.

Pero en realidad, ningún conocimiento estaba vetado y todo podía aprenderse por simple observación, pues el saber no tenía valor de pieza de cambio, no estaba relacionado con el poder. Si existía un líder en la tribu no era por su especial sabiduría y conocimientos sino por ser el más fuerte, y todos los varones de la tribu poseían sus mismos conocimientos en la caza y la fabricación de herramientas.

Sin embargo, cuando el hombre se hizo sedentario y la bonanza del clima permitió que la agricultura y la ganadería produjesen un exceso de producción, aquello cambió. Se inició el comercio, el almacenamiento y gestión de los bienes, la primera mano de obra esclava (son los vencidos de otras tribus rivales) aplicada al trabajo en los campos.

Todo ello generó información, conocimientos, para poder desempeñar dichas gestiones y, en éste preciso momento, surge la especialización social y con ella, el poder de la información.

El conocimiento se empieza a transmitir únicamente entre familias, naciendo así las castas y las clases sociales. Y por supuesto el que mayor nivel de conocimientos tenía, acaba siendo el líder de la tribu, la cúspide de la pirámide.

Éste fue el punto de inicio de la disgregación en clases sociales, algo que pese a que les resulte incómodo reconocer a algunos, sigue existiendo, pues es algo intrínseco a la complejidad de cualquier sociedad.