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¿Cree que desde el ‘otro mundo’ pueda llegar información de alguien que ya no está entre nosotros?
Jack Froese murió en junio del anterior año de una arritmia. Fue de un día para otro. Tenía 32 años. Pero, ¡qué cosas!, ese fecha no fue la última vez que sus amigos y su familia recibieron noticias de este oriundo de Pensilvania (Estados Unidos).

Están convencidos de que, desde noviembre, Jack ha adquirido el hábito de comunicarse con ellos a través de uno de sus métodos favoritos: el correo electrónico.

Aseguran haber estado recibiendo misivas de Jack con asuntos que nadie más podría conocer, procedentes de una cuenta cuya contraseña no se conocía y que dudan que esté siendo manipulada por un hacker.

Evidencias

El primero de estos textos le llegó a Tim Hart, el mejor amigo de Jack desde hacía 17 años. "Una noche de noviembre estaba mirando mis correos desde el móvil y de repente apareció. Me quedé extrañado. Era una nota muy corta y rápida, pero hablaba de una cosa que había quedado exclusivamente entre Jack y yo". En el asunto, se leía "Te estoy mirando" y en el cuerpo del mensaje, solo tres frases: "¿Me has oído? Estoy en tu casa. Limpia tu (...) ático".

Por si el nombre del remitente no hubiera bastado para estremecer a Hart, el contenido del mensaje no podía ser más acertado. Poco antes de que Jack muriera, los dos habían estado charlando en su ático. "Estábamos solos". Y su amigo bromeó con él sobre lo sucia que tenía esa parte de su casa.

Testimonio cercano

Más sospechoso fue lo del primo de Jack, Jimmy McGraw. Poco después del fallecimiento de su familiar, a mediados de noviembre, se rompió un tobillo. A la semana siguiente, el día 21, recibió un correo de la cuenta del difunto diciendo: "Hola, ¿qué tal estás? Sabía que te ibas a romper el tobillo, intenté avisarte. Tienes que tener más cuidado".

Más místico que Hart, McGraw ve en el correo una señal del 'más allá': "Me gusta pensar que Jack me lo ha mandado. Es como si se hubiera ido, pero todavía quisiera contactarse conmigo, decirme que tengo que seguir adelante, que me sienta mejor".

Lo toman como un regalo

Explicaciones puede haber miles. Hay empresas que envían correos electrónicos a las familias de un fallecido después de su muerte, desde su propia cuenta de correo, pero sería mucha casualidad que Jack preparara los textos antes de un deceso tan repentino. Mucha más casualidad sería que supiera que su primo iba a romperse el tobillo.

En todo caso, la familia y los amigos de Jack no quieren investigar el origen de estos mensajes. Los han aceptado más como un regalo que les alivia el duelo que como un misterio. Como opina Hart: "Si es la broma de alguien, me da igual, porque lo interpreto como yo quiero".