Imagen
© Desconocido
Un nuevo libro revela que los espías de la Agencia de Inteligencia del régimen israelí (Mossad) están detrás del asesinato de al menos cuatro científicos nucleares iraníes y su meta era paralizar el programa nuclear iraní.


El libro Spies Against Armageddon: Inside Israel's Secret Wars, escrito en colaboración por Dan Raviv, corresponsal de la cadena estadounidense CBS, y por Yossi Melman, analista del diario israelí Haaretz, se publica hoy 9 de julio.

Los agentes del Mossad entran y salen de Irán a través de una "multitud" de rutas, utilizando casas francas ya empleadas antes de la Revolución Islámica de Irán (1979), dicen los autores.

Melman confiesa que un ataque cibernético denominado Flame, cuyo fin era, en apariencia, recoger datos de ordenadores portátiles, presumiblemente de dirigentes y científicos iraníes, fue obra del régimen israelí. Añadió que el virus se activó gracias a la ayuda de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense.

Los agentes de Inteligencia de Irán detuvieron al asesino de uno de los científicos iraníes. Más tarde, tras su detención, el criminal confesó ante un tribunal que había sido entrenado y financiado por agentes del Mossad. Mayid Yamali Fashi hizo estallar el 12 de enero de 2010 una moto bomba que causó la muerte de Ali Mohamadi, físico nuclear iraní y catedrático de la Universidad de Teherán.

La Corte Revolucionaria de Teherán condenó a Yamali Fashi a la pena capital por cooperar con el régimen israelí y el Mossad, recibir remuneraciones ilegales por colaboraciones informáticas con el régimen de Tel Aviv, estar en posesión de alucinógenos y destruir bienes privados durante la explosión de la bomba que acabó con la vida de Ali Mohamadi: su ejecución tuvo lugar a mediados de mayo en la capital iraní.

El 29 de noviembre de 2010, un grupo de terroristas perpetró sendos atentados contra dos catedráticos de la Universidad Shahid Beheshti de Teherán: el doctor Mayid Shahriari murió en el acto y el doctor Fereidun Abasi y su esposa resultaron heridos.

El pasado 23 de julio de 2011, unos terroristas no identificados asesinaron al científico iraní Dariush Rezaineyad, de 35 años, cerca de su casa, en el este de Teherán, e hirieron a su esposa.

El último asesinato se registró el pasado 11 de enero, en el norte de Teherán: la víctima fue esta vez un profesor de química y destacado científico nuclear iraní, Mostafa Ahmadi Roshan, de 32 años, que trabajaba en la central nuclear de Natanz, ubicada en la provincia de Isfahán, centro del país: el atentado con bomba lapa adosada a su coche acabó también con la vida del chofer.