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Orbita del 2011 AG5
© NASA/JPL-CaltechOrbita del 2011 AG5.
Los resultados de diversos estudios presentados recientemente en un congreso organizado por la NASA, y realizados por grupos científicos de distintas partes del mundo, permiten pronosticar con un alto nivel de confianza que el asteroide 2011 AG5, descubierto en enero de 2011, pasará de largo sin chocar contra la Tierra en el año 2040.

Aunque las observaciones efectuadas hasta la fecha indican que existe una leve posibilidad de que 2011 AG5 impacte contra la Tierra en 2040, los expertos creen que, en los próximos cuatro años, el análisis de las observaciones hechas desde la Tierra y desde el espacio demostrará que las probabilidades de que tal colisión no se produzca superan el 99 por ciento.

Con una extensión de unos 140 metros (460 pies), la roca espacial fue descubierta por el equipo de observación astronómica Catalina Sky Survey, dependiente de la Universidad de Arizona en Tucson y respaldado por la NASA. Varios observatorios vigilaron a 2011 AG5 durante nueve meses antes de que se alejase y se volviera demasiado tenue en el firmamento como para ser visto.

Hace varios años, se creyó que otro asteroide, llamado Apofis (Apophis), tenía preocupantes probabilidades de impactar contra la Tierra en 2036. Observaciones adicionales hechas desde 2005 hasta 2008 permitieron a los científicos de la NASA mejorar su conocimiento de la trayectoria del asteroide, lo que a su vez permitió verificar que las probabilidades de esa colisión eran muy inferiores a las estimaciones previas.

En cualquier momento que sea posible observar con suficiente capacidad escrutadora un asteroide y obtener nuevos datos fiables sobre su ubicación, se puede revisar cualquier cálculo previo de su trayectoria futura, y confirmar ésta o modificarla de acuerdo con la nueva realidad.

"Cuando existen sólo algunas observaciones, nuestro cálculo inicial de la órbita incluirá un rango mayor de incertidumbre. Con más datos, mejora el conocimiento de las posibles posiciones del asteroide y el rango se hace más estrecho. Esto suele eliminar de las previsiones el riesgo de un impacto", explica Don Yeomans, director en la oficina del Programa NEO (programa dedicado a vigilar objetos celestes que pasan cerca de la Tierra), de la NASA en el Laboratorio de Propulsión a Chorro en Pasadena, California.

Por ahora, las observaciones de 2011 AG5 son limitadas debido a su posición actual que hace inviable observarlo debidamente. En el otoño de 2013, mejorarán las condiciones y eso permitirá que los telescopios ubicados en tierra y en el espacio rastreen con mayor precisión y fiabilidad la trayectoria del asteroide.

El nivel de riesgo se hará aún más preciso en 2023, cuando el asteroide esté aproximadamente a 1,8 millones de kilómetros de la Tierra (1,1 millones de millas). Si a principios de febrero de 2023 el asteroide 2011 AG5 pasa por una región del espacio de 365 kilómetros de ancho (227 millas) descrita a veces como un "ojo de cerradura", la fuerza gravitacional de la Tierra podría influir en su trayectoria orbital lo suficiente como para que se produjese un impacto el 5 de febrero de 2040. Si el asteroide no entra en ese pasillo crítico del "ojo de la cerradura", no se producirá un impacto en 2040.

Por lo que sabe actualmente sobre la órbita de este asteroide, sólo hay una posibilidad muy remota de que ese astro atraviese el ojo de cerradura.

Aunque los científicos están convencidos de que la visita de 2011 AG5 a las inmediaciones de la Tierra no acarreará peligros posteriores, reconocen la leve posibilidad de que las probabilidades calculadas aumenten como resultado de las observaciones que se realizarán desde 2013 hasta 2016. Según el grupo de expertos, aunque las probabilidades aumenten, todavía hay mucho tiempo para planificar y realizar al menos una de las varias misiones viables para cambiar el rumbo del asteroide.

Se calcula que si 2011 AG5 cayera en la Tierra, causaría daños en una región de al menos 160 kilómetros (unas 100 millas) a la redonda.