Entre las víctimas del delito figuran ciudadanos mexicanos y brasileños, a quienes ingresaban en vehículos oficiales a cambio de grandes sumas de dinero.
Dos agentes de la Patrulla Fronteriza
© AFP / Francisco Vega
Dos agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos fueron declarados culpables de dirigir una red de tráfico de personas que pudo haber generado unas ganancias de dos millones de dólares, además de recibir sobornos de funcionarios públicos y de asociación ilícita para lavar dinero.

La Fiscalía indicó que Raúl Villarreal inició una red que ingresaba inmigrantes ilegales, en especial a mexicanos y brasileños, a la cual se vinculó Fidel Villarreal, su hermano mayor y también agente federal que se convirtió en uno de sus mayores cómplices.

Ambos hermanos se declararon inocentes en uno de los casos de corrupción de mayor notoriedad que involucra a la Patrulla Fronteriza desde que esta efectuó numerosas contrataciones durante la década pasada. Raúl Villarreal era un personaje reconocido por el público debido a sus frecuentes apariciones en televisión como vocero de la agencia.

La investigación federal se inició en mayo de 2005 después de que un informante revelara datos al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). Los hermanos Raúl Villarreal, de 42 años, y Fidel Villarreal, de 43 años, fueron declarados culpables de utilizar su poder para su propio beneficio.

Los investigadores instalaron cámaras en postes en áreas donde eran dejados los inmigrantes, plantaron dispositivos ocultos para grabar, colocaron equipos de rastreo y GPS en vehículos de la Patrulla Fronteriza y siguieron una carga de contrabando vía aérea.

La Fiscalía también se apoyó en declaraciones de presuntos cómplices e inmigrantes que ingresaron en el país sin autorización legal, entre ellos algunos que identificaron a Fidel Villarreal en fotografías. Una brasileña de 24 años dijo haber pagado 12.000 dólares por cruzar la frontera a bordo de "un auto de la Policía".

Se dictará sentencia contra los hermanos Villarreal el 16 de noviembre. Enfrentan una pena máxima de 50 años de prisión y al menos 1,25 millones de dólares en sanciones.

Entre los otros acusados en el caso se encuentran Armando García, que también fue hallado culpable el pasado viernes de cargos de tráfico de inmigrantes, y Claudia González, quien también se encuentra detenida, se declaró culpable en diciembre de 2009 y el 10 de septiembre recibirá sentencia.