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El Kneset israelí empieza a investigar a la dirección de Gran Hermano tras destaparse que sus concursantes recibían en secreto y fuera de cámaras (o, mejor dicho, fuera de emisión) medicación psiquiátrica para pacientes extremos.
El encargado de sacar a la luz esta escalofriante información ha sido el diario Yediot Aharonot tras hacerse eco de las denuncias interpuestas por concursantes de pasadas ediciones, ¡o sea, que no es el primer año que lo hacen!
Uno de los concursantes de la segunda edición de Gran Hermano, Saar Sheinfien, ha dado unas espeluznantes declaraciones diciendo que "jugaban con nuestro cerebro". Por lo visto, según afirma el joven, cada vez que la presión del encierro les agobiaba y acudían bajos de ánimo o con ganas de abandonar el confesionario, la dirección les derivaba al psiquiatra que decidía administrar medicamentos a los concursantes.
Es un asunto que pone los pelos de punta, sinceramente, da pánico como han experimentado con ellos. Este ex concursante se define como "Lo que vistéis allí dentro, era una persona drogada, inducida y encarcelada". Según el diario, a este joven le administraron píldoras para casos extremos. ¡Increíble!
Pero no es Saar el único que ha hablado, otros concursantes aseguran que les obligaron a firmar un contrato en el que se comprometían a tomar las pastillas que les recetara el psiquiatra, un conocido médico que trata a otras celebrities nacionales.
El programa no se ha pronunciado, pero el Parlamento estudiará a fondo el caso esta misma semana como ya hizo tiempo atrás con su edición de "Supervivientes" cuando la productora tuvo que admitir que de isla desierta nada, que era una cala de lo más turística al lado de un complejo hotelero en Centroamérica.
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