Tenerife. El Instituto Geográfico Nacional (IGN) registró el sábado más de un centenar de movimientos sísmicos y uno de ellos alcanzó los 3,2 grados de magnitud en la escala Ritcher en la isla de El Hierro. Se trata del temblor de mayor intensidad que se produce después de que se reanudara la actividad sismovolcánica a finales del pasado mes de junio.

El seísmo de 3,2 grados en la escala Richter fue un movimiento sentido por la población y tuvo lugar sobre las 13:15 horas en el municipio de El Pinar, según los datos del IGN, organismo que también especificó que el sismo fue localizado a una profundidad de 24 kilómetros.

El Instituto Geográfico Nacional detectó 133 movimientos sísmicos desde la medianoche del viernes al sábado hasta las 22:30 horas del sábado, todos ellos con una intensidad de entre 1,6 grados en la escala Richter y 3,2, localizados a profundidades que oscilaron entre los 18 y los 26 kilómetros y todos ellos se localizaron al sur de la Isla, según la información que ofrece en su página web

La red de vigilancia volcánica de seguimiento 24 horas del IGN registró durante la jornada de ayer un sismo que alcanzó los 2,9 grados y otros tres movimientos sísmicos que alcanzaron una magnitud de 2,8 grados, a las 01:29 horas, a las 01:59 y a las 06:26 horas, y tuvieron lugar al suroeste de Frontera, al oeste de El Pinar y al noroeste de El Pinar, respectivamente.

Cuatro horas más tarde de que se sintiera el temblor de 3,2 grados en la escala Richter, se produjo otro sismo de 2,9, que también fue sentido por la población, como indica el IGN.

La actividad sísmica se reanudó el pasado viernes con una veintena de movimientos, algunos de ellos sentidos por la población. Así, el IGN informaba de que el mayor movimiento sísmico que se produjo ese día fue de 2,6 grados de magnitud en la escala de Richter y fue sentido por la población. Este movimiento de tierra se localizó a las 10:26 horas del viernes y se localizó al oeste del municipio de La Frontera. Este sismo se registró a 10 kilómetros de profundidad.

A comienzos del verano, los habitantes de la Isla del Meridiano sufrieron, tras algo más de medio año de tranquilidad, la reanudación de la actividad sísmica con un incremento del número de temblores. El magma volvía a buscar acomodo y las entrañas de El Hierro rugían de nuevo con más de doscientos movimientos de tierra entre el 25 y el 26 de junio.

El mes de julio repitió los esquemas durante sus dos primeras semanas hasta que los sismos disminuyeron de nuevo en cantidad e intensidad. Agosto fue también un mes tranquilo, sin sobresaltos para la población aunque la actividad sísmica no se detuvo y se registraron 172 temblores de escasa intensidad.