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La población de Barlovento, en el estado Miranda, está casi completamente bajo el agua.
El gobierno de Venezuela decretó una emergencia parcial, por causa de las constantes lluvias que están cayendo sobre la franja norte del territorio.

El decreto, que ya cubría al occidental estado Falcón, se amplió al distrito capital y los adyacentes estados Miranda y Vargas. La declaratoria de emergencia permite disponer de recursos extraordinarios, así como usar espacios para recopilar ayuda y ofrecer asistencia a los más afectados.

Los derrumbes e inundaciones provocados por las precipitaciones han dejado 25 personas fallecidas durante la última semana, según informó el vicepresidente Elías Jaua.

"Hemos dado instrucciones a todos los organismos competentes a trabajar coordinadamente, este debe ser el objetivo principal de todos los organismos especializados para este fin", declaró Jaua.

Para facilitar el trabajo de los equipos de emergencia, el gobierno ordenó la suspensión de clases en las entidades involucradas, además de otras siete regiones que también se han afectadas por las persistentes precipitaciones, que están cayendo noche y día con intensidad variable sobre amplias zonas del país.

Miles de afectados

Al menos 56.000 personas han sufrido pérdidas totales o parciales, más de 5.000 fueron trasladadas a refugios, añadió Jaua. Varias de las principales vías dentro y fuera de la ciudad de Caracas han resultado obstruidas por taludes de tierra y árboles caídos. Las operaciones en algunos de los principales aeropuertos, entre ellos el que sirve a la capital venezolana, están restringidas por el mal tiempo.

El Instituto Nacional de Metereología e Hidrología (Inameh) pronosticó más lluvias para las próximas 48 horas, aunque no aventuró ninguna predicción de más largo plazo.

El gobierno autorizó también el despliegue de efectivos militares por tierra y por aire, para monitorear y brindar asistencia y seguridad en las zonas de desastre.

Además se habilitaron instalaciones oficiales para la recepción de donativos de agua, alimentos, ropa y enseres.

Oficialmente, la temporada de lluvias, que comienza en mayo, terminó el pasado 15 de noviembre. Pero las lluvias no ceden. La situación contrasta con la vivida por la misma época el año pasado, cuando una intensa sequía había mermado los embalses y afectado la provisión de agua y electricidad, que depende fundamentalmente de la generación hidroeléctrica.

Recuerdos de 1999

Autoridades y afectados no han podido evitar recordar lo que ocurrió en diciembre de 1999, cuando una fuerte vaguada ocasionó miles de muertos en zonas de la costa venezolana, en especial el estado Vargas.

"Ha caído más agua que lo que fue la tragedia del año 1999. Es el nivel de agua más significativo en 40 años en el país", declaró el gobernador del estado Miranda, afectado entonces como ahora, Henrique Capriles Radonsky.

"De forma general, estamos en condiciones difíciles", dijo, por su parte, su homólogo en Vargas, Jorge Luis García Carneiro.

Hace 11 años, parte importante de la entidad fue arrasada por aluviones de lodo, corrientes de agua y piedras que se desprendieron de la montaña que separa Vargas de la capital. Entonces se prometió un plan de reconstrucción que, según denuncian habitantes del sector, no se ha concretado.