campesinos chinos protestan
© Imagen aportada por los manifestantesCampesino de Shantou, provincia de Guangdong, protestan contra el régimen chino por la expropiación ilegal de tierras.
Miles de campesinos manifestaron delante del edificio municipal de Liantang en Shantou, provincia Guangdong, en un último y desesperado esfuerzo de recuperar sus tierras tomadas ilegalmente, y sin posterior indemnización, por funcionarios del Partido Comunista Chino (PCCh).

"Entre 4000 y 5000 personas salieron a protestar. Sosteniendo banderines blancos que decían 'devuélvannos nuestras tierras de labranza', exigieron ver al secretario local del Partido para una respuesta a la pérdida de sus tierras de cultivo", declaró la señorita Lina a La Gran Época.

Mientras esperaban ser atendidos, policías y patotas de matones contratados por el régimen local, atacaron a los campesinos que estaban intentando tomar fotos y videos de la protesta.

Los estudiantes de Periodismo y Comunicación de la Universidad Shanto, que fueron a reportar la protesta, fueron agredidos mientras entrevistaban a los manifestantes. Más de 1.000 campesinos salieron en su auxilio, pero también fueron atacados por la policía.

Un estudiante subió a Internet una foto donde un hombre de 90 años está tirado en el piso recibiendo una golpiza de la policía. El estudiante comentó que mientras sacaba la foto, un agente de policía le decía al anciano: "si sigues protegiendo a los reporteros estudiantiles te atropellaré con mi carro".

"Bajo la protección de los campesinos nos pasamos a otro auto, volviendo sanos y salvos a la escuela con nuestros equipos", agregó el joven.

Aunque las líneas del servicio de bus entre Liantang y Shantou fueron suspendidas, miles de campesinos llegaron por diferentes medios a la concentración.

Mientras los manifestantes gritaban lemas a favor de sus tierras, campesinos ancianos se arrodillaban con desesperación. Finalmente salió un secretario del Comité local de Asuntos Legislativos y Políticos, explicando que el asunto se investigaría y se presentaría un informe en un par de meses.

"Mientras viajábamos de regreso a nuestro pueblo con varios estudiantes universitarios y campesinos ancianos, nuestro auto fue interceptados por la policía y matones de civil que se movilizaban en dos vehículos particulares y un carro con placa oficial", declaró el señor Lin.

"En un momento se estrellaron a propósito contra nuestro auto - agregó Lin- hiriendo a algunos de los ancianos. Los estudiantes universitarios fueron obligados a borrar sus fotos".

El 28 de noviembre, durante otra protesta masiva, los campesinos presentaron un derecho de petición firmado por 10.000 damnificados, contra los funcionarios públicos que vendieron sus fincas sin su consentimiento. Finalmente, un representante del régimen prometió investigar e informar los resultados para el pasado viernes 30 de noviembre, pero no hubo respuestas.

En China, en un intento de hacer frente al déficit presupuestal de las administraciones municipales, los funcionarios públicos confiscan y venden parcelas de tierras, e incluso viviendas habitadas sin consentimiento.

En la mayoría de los casos se ofrece poca o ninguna indemnización, y recientemente se registraron al menos nueve incidentes de personas perdiéndola vida por impedir que su tierra sea confiscada o su vivienda demolida, según informes de Amnistía Internacional.

Se estima que funcionarios públicos de Liantang, un pueblo con unos 30.000 habitantes, vendieron secretamente tierras de cultivo por un valor aproximado 160 millones de dólares. Los lugareños afirman que ni un solo centavo fue pagado en concepto de indemnización a los campesinos.

En los últimos años, decenas de miles de hectáreas de tierra en Liantang fueron vendidas o "regaladas" a empresas comerciales por la administración municipal con fines lucrativos. Tierras de cultivo, bosques y hasta playas forman parte de las tierras expropiadas.

En la última venta de tierra, unas 133 hectáreas de tierra agraria fueron vendidas para construir un centro de distribución y logística.

El régimen local evadió responsabilidad afirmando que estaba en deuda en más de 1,6 millones de dólares. Esta respuesta avivó las llamas que desencadenaron una serie protestas masivas.