Ryanair
© B. AgudoUn avión de Ryanair toma tierra en la pista de Loiu.
España. Un relámpago impactó en el ala derecha de un avión de Ryanair que cubría la línea Madrid-Bilbao. Fuentes de la compañía remarcaron que el vuelo FR3051 consiguió aterrizar «de manera normal» en el aeropuerto de Loiu y que el pasaje desembarcó también sin problemas, aunque la nave no pudo retornar a la capital española a la hora prevista. Se quedó en la terminal hasta que la inspeccionaron ingenieros de la empresa, que debían determinar si había que acometer reparaciones.

Los primeros en percatarse de que algo debía haberle pasado fueron los cerca de 200 pasajeros que esperaban para subir al avión en Loiu y volar hacia Barajas. «La hora prevista de salida eran las 8.05 y el embarque se cerraba a las 7.35, pero no se abrían las puertas ni nadie nos atendía», explicó Joseba. Las sospechas aumentaron al observar a varios técnicos subidos en el ala derecha de la unidad. Y tampoco ayudó mucho que una operadora les indicase por megafonía poco después que el vuelo se había retrasado debido a «un problema técnico».

En el revuelo que se generó al conocer la demora -que en principio se planteó a las doce y media y que acabó prolongándose cuatro horas más-, algunos pasajeros optaron por ir a reclamar al servicio de información de Ryanair. «Allí nos enteramos que un rayo había impactado en el ala», explicó Joseba. Desde el mostrador una trabajadora de la compañía le explicó poco después que el avión no podía retomar el vuelo hasta que llegase un técnico «de Barcelona» que reparase los posibles efectos de la descarga eléctrica. Le aseguraron que era necesario otro requisito más en forma de «certificado de seguridad para volver a despegar».

«Olor» a quemado

Más de un centenar de usuarios optaron por esperar acontecimientos en la cafetería, en la que algunos se encontraron con el piloto y varias azafatas de la nave que había sufrido el incidente poco antes de su aterrizaje. Al enterarse de quiénes eran, algunos les interrogaron sobre lo ocurrido. Una de las trabajadoras les informó de que el pasaje no había pasado miedo «porque todos iban sentados y ni siquiera se fue la luz el interior». «No sabemos qué ha pasado en el ala, pero lo cierto es que olía un poco a quemado», admitió.

Ante la demora en el vuelo, algunos usuarios optaron por reclamar el importe del billete -«en torno a los 60 euros- y buscar otros medios de transporte, preferentemente un coche en alquiler. Los que tenían más prisa intentaron buscar un hueco en un vuelo de Iberia a Madrid que salía a las 9.45 horas.

Desde el departamento de comunicación de Ryanair, pidieron disculpas a los pasajeros por las molestias causadas y reconocieron que el siguiente vuelo de la compañía desde Bilbao a Madrid se demoró hasta las 16.30 horas.