A poco más de una semana de la promulgación de la Ley para garantizar a la mujer una vida libre de violencia, Bolivia revela estadísticas escalofriantes sobre el trato a ese sector de la población.

Datos recientes del Observatorio Manuela, perteneciente al Centro de Información y Desarrollo de la Mujer (Cidem), destacan que desde 2009 a febrero del presente año, 621 fueron asesinadas en el país.

La directora del Cidem, Mary Marca, considera alarmante la situación, sobre todo "porque de las 621 muertes, el 62.77 por ciento fueron feminicidios y el otro 37 por ciento por inseguridad ciudadana".

Estas cifras reflejan que "cada tres días una mujer es asesinada en el país", destacó Marca, quien agregó que solo en los dos primeros meses de este año se registraron 29 asesinatos violentos de mujeres.

Marca, quien participó en el seminario Feminicidio, Violencia Contra las Mujeres, Ley Integral y Medios de Comunicación, destacó que ese es uno de los problemas sociales más graves que enfrenta el Estado boliviano.

Al mismo tiempo, consideró que en tanto miles de casos de violencia son denunciados, otros permanecen ocultos, sobre todo porque las víctimas temen por sus vidas o por negligencia.

El caso de feminicidio más sonado fue el de la periodista Hanali Huaycho, asesinada a principios de febrero por su esposo, el teniente de la policía Jorge Clavijo.

Clavijo apuñaló a su esposa, y a la madre de esta, delante de su hijo y luego se dio a la fuga, lo cual originó una búsqueda desesperada en todo el país, incluso allende las fronteras.

El cadáver del asesino fue encontrado unas semanas después en la región de La Asunta, cerca de Los Yungas, en otro ejemplo más que deja a los culpables sin sanciones.

Tampoco fueron condenados los asesinos de las concejalas Juana Quispe y Daguimar Rivera.

Marca se muestra optimista con la Ley Integral para garantizar a la mujer una vida libre de violencia y espera que le ponga freno a los maltratos físicos, sexuales y psicológicos a que son sometidas las representantes del llamado sexo débil en Bolivia.