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La sacudida se registró en la ciudad de Kaki, la misma locación del seísmo que el pasado 10 de abril causó 37 muertos y unos 850 heridos, a poca distancia de la central atómica ubicada en esa provincia, que resultó indemne por el fenómeno telúrico. Según las coordenadas registradas en el Centro de Sismología del Instituto de Geología de la Universidad de Teherán, el terremoto tuvo su epicentro en los 28,42 grados de latitud y los 51,57 de longitud, sin que se reporten de inmediato víctimas o pérdidas materiales.
Esta mañana los expertos persas dieron cuenta de un seísmo moderado de nivel cuatro en la escala abierta de Richter en la provincia meridional de Fars.
Esa sacudida ocurrió a las 08:21, hora local, en los 27,90 grados de latitud y los 55,00 de longitud, acorde con las precisiones difundidas a través de la agencia noticiosa oficial IRNA.
En días posteriores al primer seísmo, otros eventos similares fueron registrados en varias zonas del país entre ellos uno que fue descrito como el de mayor intensidad que haya padecido este país en los últimos 50 años, cuyo poder destructivo fue amortiguado porque ocurrió a gran profundidad, explicaron los expertos.
Irán está situado en una zona de alta actividad sísmica y a lo largo de su historia ha padecido eventos similares que han costado cientos de miles de vidas y enormes daños materiales.
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