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© Amazings/NCYT/JMCEs muy común tener la sensación de que el pasado fue mejor que el presente.
En algunas cosas, no es raro añorar el pasado, como por ejemplo sentir la nostalgia de ser joven en vez de viejo. También es común que las cosas que nos ilusionaron e hicieron felices en la infancia, ya no nos entusiasmen en la edad adulta. Pero, aparte de estas diferencias obvias, y de que realmente en nuestra vida se acumulen más disgustos personales ahora que años atrás, es común experimentar una extraña sensación subjetiva de que cualquier cosa, por el mero hecho de ser de nuestro pasado, ya es mejor que otra similar pero del presente. ¿A qué se debe esto?

En una nueva investigación, realizada en la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh, Pensilvania, Estados Unidos, se ha profundizado en este curioso efecto.

El profesor Carey K. Morewedge examinó el fenómeno en su vertiente de las películas y series de televisión. Los participantes en su estudio, como era previsible, parecían sentir más agrado por cualquier película o serie de su pasado, que por cualquier otra de la época actual.

Sin embargo, los resultados de los experimentos también denotaron una fuerte influencia ejercida por un filtro en la memoria: Lo bueno tiende a ser recordado, y lo malo tiende a ser olvidado. Del pasado, tenemos más en mente lo bueno, mientras que del presente tenemos en mente tanto lo bueno como lo malo. El resultado es que el pasado, si no hay en él referencias negativas claras, tiende a parecernos mejor que el presente.

El fenómeno ya se había vislumbrado en investigaciones anteriores, y, en el nuevo estudio se confirma que también afecta a nuestros recuerdos sobre producciones televisivas y cinematográficas. En ese sentido, nos parece mejor lo que vimos en el pasado, porque de esa época ya no recordamos casi ningún bodrio.

En definitiva, cuando sopesamos lo bueno y lo malo del pasado, una parte significativa de lo malo ya la hemos olvidado, de modo que la pasamos por alto. Como resultado de esto, tendemos a hacer nuestra valoración del pasado basándonos más en los buenos momentos que en los malos, mientras que al hacer la valoración del presente nos basamos tanto en los buenos momentos como en los malos.

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