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Neurólogos en la Universidad de Western, en Lodon (Canadá), han descubierto el proceso molecular subyacente por el que se desarrolla la adicción a opiáceos en el cerebro. La adicción a los opiáceos es controlada en gran medida por la formación de poderosos recuerdos de recompensa que relacionan los efectos placenteros de las drogas opiáceas a desencadenantes ambientales que inducen ansia por la droga en las personas adictas, según la investigación que publica Journal of Neuroscience.

El equipo dirigido por Steven Laviolette fue capaz de identificar cómo la exposición a la heroína induce un cambio específico en la molécula de la memoria en una región del cerebro llamada amígdala basolateral, que participa de forma importante en el control de los recuerdos relacionados con la adicción a los opiáceos, el 'mono' y la recaída.

Mediante el uso de un modelo de roedor con adicción a los opiáceos, el equipo de Laviolette detectó el proceso de la adicción a los opiáceos y el 'mono' activa un interruptor entre dos vías moleculares en la amígdala que controla cómo se forman los recuerdos de adicción a los opiáceos.

Molécula clave

En el estado de no dependencia, los científicos encontraron que una molécula llamada señal extracelular relacionada con la quinasa o ERK fue reclutada para los recuerdos de adicción en la fase inicial. Sin embargo, una vez que se desarrolló la adicción a los opiáceos, observaron un interruptor funcional a una vía de memoria molecular separada, controlada por una molécula llamada quinasa dependiente de calmodulina II o CaMKII.

«Estos resultados arrojarán nueva e importante luz sobre cómo el cerebro se ve alterado por las drogas opiáceas y proporciona nuevos y emocionantes objetivos para el desarrollo de tratamientos novedosos para las personas que sufren de adicción a los opiáceos crónica», destacó Laviolette, del mismo centro.