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Cuidar nuestras plantas y ver como crecen y se reproducen suele ser recomendado como terapia...


Cuidar nuestras plantas y ver como crecen y se reproducen suele ser recomendado como terapia, dado que quienes se ocupan de seguir el progreso de su jardín se distraen de sus problemas cotidianos y recobran el sentido de la necesidad de esparcimiento.

Es una actividad al aire libre que además alimenta la capacidad de asombro y valoración de la belleza que nos regala la madre naturaleza. Ayuda a estimular los sentidos, sobre todo en aquellos que cultivan flores en sus jardines o balcones, ya que las plantas nos brindan diferentes aromas y colores.

Por eso es muy recomendada en personas que padecen depresión, angustia y soledad, ya que les devuelve la energía que provoca cuidar y procrear especies, mediante podas y el cuidado específico de ese nuevo ser viviente.

Por otro lado está comprobado que la jardinería favorece la creación de hábitos de trabajo, ya que aquellos que la practican, se acostumbran a rutinas diarias que se deben seguir para llegar al éxito. Genera lazos de cooperación entre las personas que quieren y cuidan las plantas, interacción e intercambio de información.

Muy saludables para algunas patologías psicológicas. Por lo tanto el jardín es una bella labor que puede ayudarnos mucho y que no es imprescindible tener una determinada edad, para comenzar a querer el medio ambiente y valorizar sus retribuciones ante nuestro cariño.