Empresa de suministros médicos se enriquece ofreciendo fetos y partes del cuerpo humano plastinadas a cambio de cuantiosas donaciones
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© La Gran ÉpocaCaptura de pantalla del sitio web de Beijing Overseas Star Science & Technology Development Co., en el que se ofrecen fetos plastinados de distintas edades de gestación. (Captura de pantalla)
En los anales de las extrañas cosas que surgen de China, lo que vende - aunque veremos que no exactamente vende - Beijing Overseas Star Science & Technology Development Co., debería figurar en el ranking de las más extrañas.

Fetos plastinados, o más simplemente: bebés nonatos muertos que han sido rellenados con plástico inyectado para preservarlos y utilizarlos en la investigación médica.

Están disponibles para la venta a un valor de entre 10.000 y 12.000 dólares, de acuerdo a un anuncio en idioma inglés en Alibaba.com, el equivalente de eBay en China. La empresa puede proveer 5.000 de ellos al año, dice el anuncio.

Chen Guoxin, director de la compañía, fue contactado telefónicamente y dijo que los bebés de plástico no están realmente a la venta. En su propia página web, el precio que aparece junto a ellos es 0 yuanes. Chen explicó que esto es porque, "el tráfico de cuerpos humanos en China es ilegal".

En vez de venderlos, dijo Chen:
"Donamos el feto a los institutos de investigación médica y ellos a cambio pueden donarnos dinero. Podemos negociar un precio de compensación o apoyo para evitar el riesgo legal".
Cuando un reportero le preguntó de cuánto espera que sea la donación, dijo que de "alrededor de 10.000 dólares".

Hay varios elementos muy específicos que tienen que darse dentro de China para dar paso a esta posibilidad. En primer lugar es necesaria una gran cantidad de fetos muertos abortados, que son el resultado de la política de un solo hijo, y en segundo lugar, la capacidad técnica para plastinar cuerpos humanos, que fue llevada a China en la década del 90´ por el empresario alemán Gunther Von Hagens, quien construyó un imperio multimillonario cobrándole a la gente para ver sus obras en exposiciones que recorren el mundo.

Los fetos se encuentran disponibles en grupos de a 5, que van de las 12 a las 20 semanas de gestación. También se puede comprar un conjunto de embriones completo, con la placenta y el cordón umbilical, que van de 4 a 8 semanas de gestación.

Procedencia de los fetos

El Sr. Chen no fue muy claro sobre la forma en la que se obtienen los fetos. Dijo que provenían de los hospitales, pero no pudo explicar por qué había tantos disponibles, y en repetidas ocasiones advirtió que no hay intercambio de dinero. La compra y venta de fetos es ilegal en China, dijo varias veces.

Agregó que su empresa trabaja con un tercero - cuyo nombre no quiso revelar - que lleva a cabo la plastinación y trabaja con el hospital para obtener los fetos.

Mas allá de las precauciones de Chen, es sabido que en China la tasa de abortos y abortos forzados es muy alta, debido a las políticas de control de natalidad del Partido Comunista Chino, que generalmente restringen a las familias a un solo hijo. El resultado de esto es una enorme cantidad documentada de abortos, un promedio de 7 millones al año, según datos oficiales.

Se sabe que en los hospitales han ahogado y estrangulado a bebes recién nacidos delante de sus padres. En un caso que despertó la indignación pública en 2012, un feto muerto con siete meses de desarrollo fue colocado en la cama del hospital junto a su madre para mortificarla. Es muy probable que estos fetos sean los que se abren camino en las filas de los plastinados.

Una cuestión legal

Durante la entrevista telefónica, el Sr. Chen se mantuvo inflexible con respecto a que la empresa cumple con todas las leyes aplicables para el tratamiento de los fetos plastinados y de las otras partes humanas. Sin embargo, no pudo explicar por qué se anuncian para la venta en Alibaba cuando se supone que eso es ilegal.

La empresa muestra un impresionante número de certificados de registro y licencias en su sitio web, pero las llamadas telefónicas a varios de los grupos mencionados no aclararon las cosas.

La Administración General de Supervisión de Calidad, Inspección y Cuarentena (AGSCIC) y el Centro de Certificación de Calidad de China, ambos de los cuales se enumeran en el sitio web de Beijing Overseas Star Science & Technology's Beijing Overseas, dijeron que los cuerpos humanos no están dentro de su área de trabajo.

AGSCIC le recomendó a un periodista llamar a la línea directa de consulta del Ministerio de Salud. Un empleado de este Ministerio, después de haber sido informado de la situación, se sorprendió y dijo: "Una empresa como esa de suministros de medicina no debería estar calificada para realizar investigaciones con cuerpos humanos. Por supuesto que es ilegal".

Y agregó:
"Las investigaciones con cuerpos humanos tienen que realizarse con instituciones de donación de órganos a través de procedimientos legales. Una empresa de suministros médicos no tiene nada que hacer con cuerpos humanos".
Plastinación y sus abusos

La técnica de la plastinación tiene una extensa historia en China. Fue iniciada por Gunther Von Hagens, quien encontró que China - particularmente la ciudad de Dalian, cuando era el asidero del desacreditado funcionario chino Bo Xilai en la década del 90 - era el sitio perfecto para su línea de trabajo.

Von Hagens y, más tarde, un ex empleado que tomó las técnicas de Von Hagen para establecer su propio imperio de plastinación, podían obtener los cuerpos con relativa facilidad. El ex socio de Von Hagen, Sui Hongjin, es sospechoso de haber utilizado cuerpos de presos ejecutados, incluidos los de practicantes de Falun Gong asesinados, dado que la zona en la que operaban es uno de los principales focos de la persecución y sustracción forzada de órganos a practicantes de esta disciplina espiritual.

La empresa de Chen Guoxin no solo vende bebés sino también cuerpos adultos. Uno puede comprar timos, cerebros bisectados, vías urinarias e incluso caras cortadas al medio, todo plastinado.

Un cuerpo humano entero cuesta entre 30.000 y 40.000 dólares - donados, no comprados, por supuesto, dijo Chen. Aseguró al periodista con orgullo: "La calidad no va a cambiar ni en mil años".