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Cada vez más expertos alertan sobre la amenaza global que se cierne sobre la humanidad. Las bacterias se adaptan exitosamente a los nuevos antibióticos y la ciencia moderna es impotente ante el peligro que suponen para la vida de la gente, advierten.

Algunas de las bacterias patógenas humanas causan estragos. El pasado mes la bacteria KPC-Oxa 48, invulnerable a cualquier antibiótico actual conocido, se llevó la vida de un hombre en Nueva Zelanda. Los científicos confiesan que en esta etapa del desarrollo de la ciencia no saben cómo combatir esta bacteria, y que solo tratan de luchar contra los síntomas, algo que tampoco tiene mucha eficacia.

Pero no es la única. Distinguen 3 grupos de superbacterias (resistentes a antibióticos) muy peligrosas. La bacteria Clostridium difficile, que causa diarrea severa recurrente. En general se presenta en pacientes que acaban de someterse a un tratamiento con antibióticos, especialmente en un entorno hospitalario.

La bacteria Neisseria gonorrhoeae, que ya resiste a todos los antibióticos. Cada año en EE.UU. más de 800.000 personas se infectan con gonorrea y en unos 246.000 casos se trata de cepas resistentes.

El tercer grupo lo forman los microorganismos de la familia Enterobacterias resistentes al Carbapenem (ERC), que incluye la E. coli y la Klebsiella pneumoniae. Estas bacterias en los últimos años se han hecho resistentes a todos los antibióticos existentes, incluyendo el más potente de ellos, el carbapenem. Anualmente en EE.UU. más de 9.000 casos registrados de infección nosocomial se asocian con las ERC y durante la última década esa cifra se ha cuadruplicado. La E. coli y la Klebsiella pneumoniae cada año matan a unas 600 personas.

La revista estadounidense 'Mother Jones' publica algunos hechos inquietantes sobre el creciente problema de la resistencia de bacterias a los antibióticos:

1. Solo en EE.UU. 2 millones de personas cada año sufren infecciones resistentes a los antibióticos fuertes, y 23.000 mueren a causa de ello, según la estadística del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés).

2. Las predicciones de que las bacterias se harán poderosas aparecieron casi inmediatamente después de la invención de los antibióticos. La penicilina fue descubierta en 1928. En 1945 el inventor de este medicamento, Alexander Fleming, emitió una advertencia de que el efecto beneficioso de la penicilina podría ser de corta duración.

3. Las cepas resistentes a los antibióticos de las bacterias están en aumento. Por ejemplo, en la bacteria Enterococci, que puede causar infecciones del tracto urinario y meningitis (entre otras enfermedades), menos del 0,5% de las cepas encontradas en los hospitales de EE.UU. en 1989 eran resistentes a los antibióticos. Sin embargo, cuatro años más tarde, esa cifra fue del 7,9%, y para 1998 algunos hospitales reportaron niveles del 30% al 50%.

4. Disminuye constantemente la aprobación de los nuevos antibióticos por parte de la Agencia de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés). Puesto que las bacterias se están volviendo resistentes, los tratamientos son cada vez menos eficaces, por lo que se producen menos nuevos medicamentos para combatir las infecciones.

5. La mayor parte de los problemas proviene de un mal uso de los antibióticos e incluso su abuso, aseguran los médicos. De hecho, un reciente estudio reveló que en el 73% de los casos de bronquitis aguda los médicos prescriben antibióticos, aunque se considera que en este caso los antibióticos no son recomendables en absoluto, dice la publicación. "Si paramos la prescripción excesiva de antibióticos no solo podríamos detener la resistencia, sino también podríamos disminuir los efectos adversos de los medicamentos", opina la periodista especializada en la cuestión Maryn McKenna.

6. Un gran número de antibióticos se usa de manera inapropiada en el ganado. En la industria agrícola los antibióticos no siempre se utilizan para tratar a los animales. Estos medicamentos en dosis más pequeñas favorecen al aumento de peso y el crecimiento, práctica que según los expertos debe ser eliminada.

7. "Si nos quedamos sin antibióticos, nuestro futuro se ve bastante sombrío", opina Maryn McKenna. Ante la situación actual es lo que predicen los biólogos y médicos. Cabe recordar que antes del descubrimiento de los antibióticos las tasas de mortalidad eran mucho más altas. Durante los partos morían cinco de cada mil mujeres y la neumonía mataba a un 30% de sus víctimas. Además una de cada nueve personas que tenía una infección cutánea moría por un simple rasguño o una picadura de insecto.

8. Existe una opinión según la cual una superbacteria resistente a los antibióticos puede provocar la próxima pandemia global. Durante miles de años las enfermedades infecciosas han cambiado la civilización, sembrando la muerte con la idea asociada del miedo y las supersticiones. En el siglo siglo pasado se registró una pandemia devastadora como la gripe de 1918, que se llevó la vida de unos 50 millones de personas en todo el mundo.

9. Con las bacterias resistentes a los medicamentos la amenaza se eleva aun más, opina McKenna. "Las plagas todavía tienen mucho poder real y centenares de años más tarde no debemos pensar que somos inmunes a ellos porque no lo somos", advierte la periodista. Por ejemplo, la tuberculosis mata a más de un millón de personas anualmente, y es cada vez más resistente a los medicamentos, según la Organización Mundial de la Salud.

10. Algunos funcionarios alarman que las bacterias presentan más amenaza que el terrorismo. En septiembre el director del CDC, Thomas Frieden, dijo que si la humanidad no tiene cuidado, pronto el mundo se quedará sin antibióticos activos. La doctora Sally Davies, principal asesora del Gobierno británico en temas de salud, alertó que la actual tendencia es una "amenaza global catastrófica" que debe ser colocada en primer término junto con el terrorismo, sostuvo.