La Unión Europea planea poner bajo vigilancia los coches de todos los ciudadanos de la comunidad a partir de 2016, aproximadamente, en todos los coches de serie de los veintiocho países de la Gran Europa se instalarán bloqueadores electrónicos especiales controlados por radio.

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Así, desde un mando central, la policía podrá detener el vehículo que sea, cuyos pasajeros parezcan sospechosos. La organización europea de derechos humanos Statewatch denunció estos proyectos secretos.

Si estos planes secretos no hubieran sido conocidos, con el trasfondo del escándalo del "expediente de Snowden" y de la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU (NSA), es posible que no hubiesen generado indignación especial. La Comisión Europea aseguró a los ciudadanos que se trata sólo de una medida que pueda ayudar en el arresto de un ladrón de coches, de un posible criminal, o incluso de un coche que simplemente se excedió en la velocidad. EEUU se justificó más o menos con lo mismo: toda la vigilancia se lleva a cabo solo contra sospechosos de terrorismo, y solo en bien de los ciudadanos. Pero, resultó que la NSA registra al día unos cinco mil millones de datos sobre el paradero de teléfonos celulares. Es demasiado si se piensa solo en "sospechosos de terrorismo". Después de las denuncias de Edward Snowden, desde el verano del año pasado y hasta el día de hoy hemos escuchado demasiado, de la vigilancia global, casi general de los ciudadanos corrientes de EEUU y de Europa, señala Mikko Hypponen, un experto mundial en sistemas de seguridad electrónica de la entidad finlandesa F-Secure Corporation. En la prensa se menciona a menudo el "Gran Hermano" de la antiutopía de George Orwell 1984, aunque en su descripción no hay nada, comparable siquiera, con la envergadura real de la intromisión en nuestra vida personal, señala Mikko Hypponen:
- Si miramos el pasado y vemos las previsiones de la envergadura de la vigilancia que George Orwell hizo en su novela, temo que resulte que el escritor era un gran optimista. Y es que hoy vemos tal magnitud de vigilancia de algunos ciudadanos que Orwell no podía siquiera imaginar.
Para que Bruselas no llegue a los extremos donde llegó Washington, los europeos exigen ahora, a la dirigencia de la UE, que explique qué es lo que preparan justamente y para quién, y qué barreras legislativas deben ser aprobadas contra los excesos, por darle un nombre, a los planes de los servicios secretos.

En principio, tales tecnologías "kill-switch" son ya archiconocidas desde la década de los 80. Dado que en la mayoría de los coches, el abastecimiento de combustible, la ignición, la hidráulica, el estado del motor y otros parámetros son regulados por computadoras, "paralizar" ese sistema electrónico no es ningún problema. Se puede hacer con un impulso electromagnético a gran distancia y desde un tablero central. A propósito, la General Motors, desde 2008, instala en sus coches, el sistema OnStar Stolen Vehicle Slowdown Service, o sistema antirrobos. La policía puede encontrar de inmediato un coche secuestrado y "neutralizarlo". Pero, ese dispositivo electrónico se ofrece como opción, a deseo del propietario. Incluso en EEUU no se deciden hasta ahora equipar los vehículos en serie con tales sistemas.

La idea de la innovación nació en las entrañas del Comité permanente de cooperación en materia de control operativo de la seguridad interna, abreviado, COSI. Se trata de un coordinador europeo del trabajo operativo de los servicios secretos y de la policía. El comité fue instituido en 2010 y casi de inmediato trazó el programa, Red europea de tecnologías de afianzamiento de la actividad policial, o ENLETS, European Network of Law Enforcement Technologies. Fueron asignados seis años para la elaboración, pruebas e introducción de nuevos dispositivos. De suerte que, a partir de 2016 podrían ellos "entrar en circulación". ENLETS recibió en 2012 para el programa medio millardo de euros.

El Parlamento europeo exige relación completa del programa secreto y que de ello se informado en Estrasburgo.

Hay que decir que, esta fue una indignación trasnochada de los europeos aseveran expertos en electrónica. Nosotros juzgamos sobre tecnología solo después que visitamos una tienda de electrodomésticos, en circunstancia de que ella está disparada hace ya tiempo, explicaba Christopher Soghoian, experto en seguridad cibernética de un centro de Nueva York:
- Hace tiempo que vivimos en países de vigilancia total. El gobierno puede, en cualquier momento, enterarse (aunque ya lo sabe, como lo reveló la labor de la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU), con quien conversamos por teléfono, por Internet, dónde nos encontramos, quién está junto a nosotros, con qué discrepamos, contra qué protestamos, qué tiendas visitamos y dónde pasaremos las vacaciones. Lamentablemente no estoy seguro de que sea posible reducir la magnitud de tal vigilancia. Y solo nos resta confiar en que sean aprobadas leyes que obliguen a los gobiernos a emplear sus posibilidades solo de existir razones de mucho peso.
El mayor problema de la última novedad policial en la UE consiste en que sus posibilidades son mucho más amplias que las declaradas. Los dispositivos pueden no solo detener los vehículos. Ellos pueden determinar su paradero, los datos personales de su propietario, dirección, cantidad de gasolina, escuchar las conversaciones en el interior y saber quién, de dónde, adónde y con quién viaja. En general, resulta para los servicios secretos enorme la tentación del "espionaje adicional".