El Gobierno peruano asegura que cualquier objeto no identificado que circule por su espacio aéreo puede suponer un amenaza para la seguridad y navegabilidad aérea civil y militar. El Departamento de Investigación de Fenómenos Aéreos Anómalos (DIFAA) está formado por ocho civiles y dos militares.
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"Cualquier objeto aéreo que navegue dentro del espacio nacional cuyo vuelo sea ilícito, anómalo y cuya naturaleza no sea identificable, representa una amenaza para la seguridad y navegabilidad aérea civil y militar. Por ello la Fuerza Aérea del Perú (FAP) tiene la obligación de investigar estos fenómenos a fin de salvaguardar el orden y el correcto uso de los corredores aéreos nacionales", le dijo a la BBC el ministro de Defensa peruano, Pedro Cateriano.
Este es el motivo por le cual el gobierno reabrió hace poco el Departamento de Investigación de Fenómenos Aéreos Anómalos (DIFAA), a cargo de la propia Fuerza Aérea.

En esta oficina se investiga cualquier fenómeno u objeto que pueda poner en peligro a un avión de combate o de pasajeros. Sin embargo, la mayoría de casos registrados no pueden explicarse y abren, nuevamente, los signos de interrogación ante señales de vida fuera del planeta.
"Nosotros no tenemos manera de saber qué es si no analizamos las imágenes o los videos que nos envían, además de los cuestionarios que deben rellenar los testigos", le dijo a BBC Mundo Marco Barraza, investigador y miembro del equipo de DIFAA.
Si alguien reporta una luz extraña, lo primero que hacen es contrastar la información con las torres de control de los aeropuertos más cercanos. "La idea es activar un protocolo y crear un registro. Eso es prevenir un accidente", explicó.

El consejo consultivo de la DIFAA está formado por ocho civiles (un astrónomo, un arqueólogo, un sociólogo, un ex piloto, un físico, un filósofo, un comunicador, un sociólogo) y dos militares. Ellos son los encargados de hacer las evaluaciones y preparar un informe para la Dirección de Intereses Aeroespaciales (DINAE).