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Justo antes de la Edad del Hielo, los mamíferos marinos del norte del Pacífico formaban una extraña comunidad, rica en criaturas extravagantes que habrían podido convertir el mar en una una auténtica "Taberna galáctica".

Así lo ha puesto de manifiesto un equipo de investigadores de la Universidad neozelandesa de Otago, tras estudiar cientos de fósiles (huesos y dientes) en la Bahía de San Francisco. Al frente del equipo, Robert Boessenecker ha logrado reconstruir hasta 21 antiguas especies de mamíferos marinos (todo un récord), entre las que hayballenas barbadas enanas, extrañas morsas con colmillos dobles, marsopas con un severo prognatismo en sus mandíbulas o un delfín estrechamente emparentado con el recién extinguido delfín de río chino. Los hallazgos acaban de publicarse en la revista Geodiversitas.

Entre las distintas especies, todos ellos pertenecientes a un periodo comprendido entre hace 5 y 2,5 millones de años, destaca una nueva especie de ballena fósil, apodada Balaenoptera bertae, estrechamente emparentada con las actuales ballena gris y ballena azul.

Boessenecker llamó así a esta ballena en honor a la profesora de la Universidad de San Diego Annalisa Berta, por su contribución al estudio de los antiguos mamíferos marinos.

El parentesco de esta ballena extinta con algunas de las actuales demuestra que el linaje de estas criaturas ha sobrevivido por lo menos 3 o 4 millones de años. Balaenoptera bertae tenía por lo menos 5 o 6 metros de largo, algo más pequeña que las ballenas grises de la actualidad.

El trabajo recién publicado representa ocho largos años de investigación. Boessenecker, que en 2004 era un estudiante de 18 años, quedó fascinado al descubrir el yacimiento, lleno por completo de fósiles extraordinarios. Y decidió dedicarse a él en cuerpo y alma.

"La mezcla de mamíferos marinos en ese lugar -explica el investigador- es completamente diferente de lo que podemos ver en la actualidad en el Pacífico Norte, y también a cualquier otra cosa de cualquier otra época".

Las marsopas primitivas convivían con las ballenas y otras criaturas cuyos descendientes viven hoy en áreas muy alejadas entre sí. Se trataba de "una mezcla ecléctica de mamíferos marinos de tipo antiguo y moderno que vivían todos juntos", explica el científico.

Esta extraña mezcla de fauna marina logró sobrevivir hasta hace uno o dos millones de años. Y eso fue posible gracias a la existencia de corrientes de agua caliente procedentes del Ecuador y de barreras naturales como en istmo de Panamá y el estrecho de Bering.

"Una vez abierto el estrecho de Bering -explica Boessenecker- pudo penetrar agua fría del Pacífico durante la Edad de Hielo y los mamíferos pudieron emigrar hacia otros lugares del Pacífico Norte, dando lugar a las poblaciones que podemos ver en la actualidad".