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© IAA En concreto, el impacto fue en la zona conocida como 'Mare Nubium' (Mar de las Nubes), una antigua cuenca de lava solidificada con una extensión similar a la de la Península Ibérica.
El profesor de la Universidad de Huelva José María Madiedo ha detectado el "mayor impacto" registrado de una roca contra la Luna, el cual habría producido un cráter de unos 40 metros de diámetro.

Así lo puesto de manifiesto en rueda de prensa en la Universidad de Huelva este experto, quien ha señalado que este lunes la revista científica 'Monthly Notices of the Royal Astronomical Society' ha publicado el artículo de Madiedo con el doctor José Luis Ortiz, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC).

En este sentido, ha narrado que el impacto de la roca contra la Luna se produjo a unos 61.000 kilómetros por hora y el mismo produjo un destello de unos ocho segundos de duración, lo que resulta, a juicio del investigador, especialmente reseñable ya que el último gran impacto registrado por la NASA tuvo un destello de "algo más de un segundo". Por ello, ha subrayado que el destello es "el más longevo e intenso observado nunca".

El impacto tuvo lugar el 11 de septiembre de 2013 y fue posible gracias a dos telescopios del Proyecto 'Midas' (acrónimo en inglés de Sistema de Detección y Análisis de Impactos en la Luna), desarrollado por Madiedo conjuntamente con Ortiz. Los telescopios, según ha apuntado, alcanzan un horizonte de "varios miles de kilómetros".


Así, según el análisis que han llevado a cabo se calcula que el nuevo cráter, --el cual aún no ha sido localizado y para ello se facilitarán a la NASA las coordenadas para que su sonda intente hallarlo--, tendría un diámetro de 40 metros, mientras que la roca que produjo el impacto tendría una masa de 400 kilos y un diámetro comprendido entre los 0,6 y los 1,4 metros. En concreto, el impacto fue en la zona conocida como 'Mare Nubium' (Mar de las Nubes), una antigua cuenca de lava solidificada con una extensión similar a la de la Península Ibérica.

Madiedo ha explicado que la energía implicada en el impacto fue "enorme", es decir, "equivalente a la detonación de unas 15 toneladas de TNT". Es, por tanto, "al menos tres veces más potente que el mayor impacto detectado hasta la fecha en la Luna por la NASA y que fue grabado por la agencia espacial estadounidense el 17 de marzo del pasado año".

Los resultados que se obtienen del análisis de estos destellos de impactos en la Luna permiten conocer "la frecuencia con la que estas rocas colisionan con la Tierra". Así, una de las conclusiones de esta investigación apunta a que la frecuencia con la que se producen los impactos contra el planeta Tierra de rocas de un tamaño similar a la que impactó en la Luna el 11 de septiembre es "casi diez veces más alta de lo que hasta ahora pensaba la comunidad científica".

Estos impactos los producen rocas que giran alrededor del Sol, que técnicamente se denominan "meteoroides" y que provienen fundamentalmente de cometas y asteroides.

No obstante, Madiedo ha lanzado un mensaje tranquilizador ya que si una roca de este tamaño se dirigiera al planeta Tierra, "no tendría consecuencias drásticas" debido a que al poseer la atmósfera, que actúa como "un escudo protector", "evita que la mayoría de los meteoroides que impactan contra ella alcancen el suelo". No obstante, la Luna carece de ese escudo y "hasta las rocas más pequeñas pueden chocar contra su superficie y producir un cráter".

Ha remarcado que como este tipo de impactos tiene lugar a velocidades de decenas de miles de kilómetros por hora, las rocas se funden y vaporizan instantáneamente en el punto de impacto. Se produce así una brusca elevación de la temperatura, que da lugar un destello que se observa con telescopios en tierra y que presenta una duración media de una fracción de segundo, --muy por debajo de los ocho segundos que tardó en extinguirse el brillo del impacto del 11 de septiembre--.

Finalmente, Madiedo ha indicado que el sistema de procesamiento de la información detectada por los telescopios, --ubicados en Sevilla y Toledo--, elaborado por estos investigadores se hace "a tiempo real", mientras que en la NASA el tiempo medio es de un mes, lo que evidencia la calidad y "el trabajo" de los expertos españoles. Madiedo ha señalado que el proyecto no cuenta con apoyo institucional, aunque ha recordado que el material técnico si estaba disponible gracias a proyectos anteriores.