maíz
© TelesurTVLas consecuencias del consumo masivo del maíz en Guatemala, han contribuido en la destrucción severa en los niños de ese país centroamericano.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Guatemala el 49 por ciento de los niños menores de cinco años enfrenta un cuadro de desnutrición crónica, el nivel más alto de Latinoamérica y el sexto en el mundo. El alto nivel de "aflatoxina" que contiene una mazorca de maíz, se ha convertido en una de las principales causas de la desnutrición crónica que afecta al 49 por ciento de los niños menores de cinco años en Guatemala.

Así lo confirmó la microbióloga guatemalteca y experta en toxinas Olga Torres, quien colaboró con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para mostrar no sólo a Guatemala, sino al mundo las consecuencia del consumo masivo del maíz.

"En niveles altos, la llamada "aflatoxina" (micotoxinas producidas en pequeñas concentraciones por hongos del género Aspergillus, un inhibidor del crecimiento), produce cáncer hepático y cirrosis", aseguró la investigadora.

Según el informe "una de las causas por las que ese flagelo no disminuye en Guatemala, es por la presencia en el cuerpo de los menores de la aflatoxina, producida por hongos que contaminan el maíz cuando el grano no se seca de manera correcta después de su corte".

Torres narró que la investigación se realizó en ocho municipios de Guatemala, donde el alto nivel de exposición a la toxina superan las 20 partes por billón (ppb), límite recomendado por organismos internacionales.

"El estándar de 20 ppb es el que se establece en Estados Unidos y se utiliza aquí en Guatemala. La diferencia es que allá se consume muy poco maíz, mientras que en Guatemala es la base de la alimentación", subrayó la microbióloga a la prensa local.

Al respecto, el ministro de Agricultura de Guatemala, Élmer López, anunció que el Gobierno nacional estudia la posibilidad de invertir más de dos millones de dólares para impulsar un plan de mejoramiento de la calidad y tratamiento del maíz.

En la investigación participó la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional de Guatemala, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), instancias que se mostraron muy dispuestas a construir contra un mal que afecta a la nación centroamericana desde hace varios años.

En diciembre del 2013, el ministro de Salud de Guatemala, Jorge Villavicencio, reveló que al menos 106 niños menores de cinco años perdieron la vida en ese país tras presentar cuadros de desnutrición severos durante el último trimestre de ese año.