Científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han hallado dos posibles nuevas estrategias para tratar la psoriasis, basadas en compuestos farmacológicos que ya existen y que, en ratones, "no parecen tener efectos secundarios".
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Estas son las principales conclusiones de dos estudios publicados en las revistas Immunity (en diciembre pasado) y Science Translational Medicine (último número), y de los que el CNIO ha informado este jueves.

La psoriasis afecta al 3 % de la población mundial y puede alterar de forma grave la calidad de vida; no se conoce su causa y a día de hoy no se cura por completo.

La última generación de fármacos desarrollados contra ella, las terapias apodadas biológicas, se consideran un gran avance, pero se aplican solo durante períodos limitados por lo grave de sus efectos secundarios -pueden generar desde otras formas de psoriasis a tuberculosis o leucemia-, de ahí que el objetivo sea dar con tratamientos "muy eficaces pero no tóxicos", según una nota del CNIO.

Las dos nuevas estrategias que ahora publican los investigadores de este centro son resultado de estudios sobre la biología de la enfermedad, que han desvelado algunos de sus agentes causales.

En el trabajo de Immunity, se demuestra que bloqueando una proteína llamada S100A9 los síntomas de la enfermedad desaparecen.

Helia B. Schonthaler, del CNIO y primera autora del artículo, señala que las estrategias inhibidoras de S100A9 "tienen un gran potencial de convertirse en nuevos tratamientos efectivos contra la psoriasis".

En este trabajo se demuestra además que un fármaco que ya está en el mercado -se usa contra el cáncer de próstata y para evitar el rechazo en trasplantes- bloquea esta proteína y "debería ser eficaz contra la psoriasis".

"Eso no significa que se vaya a aprobar ya su uso en psoriasis, pero facilita mucho el proceso porque es un fármaco conocido,ya se sabe que es seguro", apunta Schonthaler.

El otro trabajo, que aparece ahora en Science Translational Medicine, explora los microRNAs.

Descubiertos hace unas dos décadas, y sin que se conozca aún en detalle su función ni su papel en enfermedades, éstos son fragmentos pequeños de ácido nucleico que no se traducen a proteínas, pero aún así regulan la expresión de otros genes, explica la nota del CNIO.

En el caso de la psoriasis, se sabe que el microRNA "miR-21" es mucho más abundante de lo habitual.

Para investigar su papel,los investigadores, liderados por Juan Guinea-Viniegra, inhibieron miR-21 en su ratón modelo y observaron como los síntomas desaparecían en poco tiempo y sin efectos secundarios aparentes.

Lo siguiente fue trabajar con muestras humanas: Injertaron muestras de piel de una decena de pacientes en ratones vivos y trataron localmente las lesiones con un compuesto que bloquea miR-21 (este compuesto aún no está en el mercado pero se encuentra en fases avanzadas de ensayos clínicos).

"Los resultados han sido muy positivos y son esperanzadores, ya que esto supondría una forma totalmente innovadora de tratar la psoriasis", afirma Guinea-Viniegra.

Que las dos investigaciones apunten a dianas del todo distintas revela "lo complejo y heterogéneo de la psoriasis", una enfermedad en la que intervienen multitud de factores -y para la que hasta hace poco no existían modelos animales-.

Se han descrito cientos de genes vinculados a la psoriasis, "pero solo de pocos de ellos -decenas- se sabe que pueden ser la causa de la enfermedad", según ambos investigadores (los dos firman sendos artículos).

"Nosotros hemos descrito dos nuevos genes/proteínas que se sabía que están aumentados en psoriasis y ahora demostramos que tienen un papel causal en la enfermedad".

Estos trabajos han sido financiados por la Fundación BBVA, el Ministerio de Economía y Competitividad y la Unión Europea.