Es el proceso por el que algunas células cancerígenas escapan de su tumor original y se instalan en otros tejidos y órganos, causando la mayoría de muertes. El doctor Joan Massagué explica la metástasis en el cerebro en la revista Cell. Espera demostrar que en otros órganos se produce de la misma forma. Su equipo ya trabaja en la creación de anticuerpos para impedir las metástasis.
Joan Massagué
© WikipediaEl doctor Joan Massagué, en un laboratorio.

El científico Joan Massagué ha descubierto el funcionamiento de la metástasis, el proceso por el que algunas células cancerígenas escapan de su tumor original y se instalan en otros tejidos y órganos, según un artículo publicado en la revista Cell. El hallazgo abre la puerta a nuevos tratamientos para combatir la metástasis, que causa la mayoría de muertes por cáncer al afectar órganos vitales.

Massagué, que trabaja en el Centro Memorial Sloan Kettering de Nueva York, ha descrito el desarrollo de este proceso en el cerebro. Para llegar hasta este órgano, estas células deben separarse del tumor original, entrar en el torrente sanguíneo y cruzar unos vasos sanguíneos densos denominados "barrera de sangre del cerebro", por lo que la mayoría de ellas muere antes de implantarse en el cerebro, mejor protegido que otros órganos.

¿Qué las mata? ¿Y cómo ocasionalmente algunas células sobreviven, a veces ocultándose en el cerebro durante años, para finalmente engendrar nuevos tumores? ¿Qué las mantiene vivas y dónde se esconden?", se pregunta Massagué, lleva diez años investigando el origen de la metástasis.

Según se detalla en el estudio, cuando las células metastizadas llegan al cerebro se encuentran unas células (denominada "astrocitos") que actúan como una defensa natural del organismo y las fuerzan a autodestruirse. Las únicas que sobreviven lo consiguen al producir otra proteína ("Serpin") que actúa a modo de antídoto.

La clave: la plasmina

La pieza clave del mecanismo es la plasmina, una enzima conocida sobre todo por su efecto anticoagulante de la sangre, que tiene una doble acción protectora frente a las células cancerosas: impide que se adhieran a la pared externa de los vasos sanguíneos y provoca la autodestrucción de las células tumorales.

Sin embargo, una pequeña minoría de las células tumorales acaba desarrollando un escudo para protegerse del ataque de la plasmina, utilizando una molécula llamada L1CAM, que tiene vía libre para anidar en el cerebro y multiplicarse.

Precisamente, es en este punto donde se abre la posibilidad de actuar contra las metástasis con la elaboración de un fármaco capaz de bloquear la molécula L1CAM, lo que Massagué ve posible y en lo que ya está trabajando su equipo de investigación.

El abrazo del oso panda

Tras tomar imágenes de las células cancerígenas en cerebros de ratones, los investigadores averiguaron que las células sobrevivientes crecen juntándose a los capilares sanguíneos, "como un oso panda abrazando un tronco de árbol", explica Massagué.

"El abrazo es claramente esencial", insiste el investigador, quien añade que si un tumor célula tumoral se separa de su vaso, los astrocitos la matan y que, al quedarse, obtiene nutrición y protección y puede empezar a dividirse y formar un forro alrededor del capilar.

El investigador espera demostrar durante los próximos meses que las metástasis a otros órganos, así como las causadas por otros tipos de tumores, se basan en el mismo mecanismo. Además, ya ha empezado a trabajar en la creación de anticuerpos para impedir las metástasis, que son diez veces más comunes que los cánceres primarios.

Según él, los resultados de la investigación son prometedores aunque avisa de que no será fácil y que "el éxito no está asegurado" porque habrá que probarlo en animales, demostrar su eficacia, que sus efectos secundarios sean tolerables y ver la reacción en enfermos si se aprueba el tratamiento en humanos.