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Una investigación de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, en colaboración con el Instituto de Medicina Legal de Alicante, ha logrado identificar varios genes que se relacionan con el suicidio. Los investigadores han encontrado alteraciones en ciertos marcadores (secuencias de ADN) en prácticamente el 100% de los cerebros de pacientes suicidas que han analizado.

El catedrático de Farmacología de la UMH, Jorge Manzanares, y el profesor de Patología y Cirugía y forense del Instituto de Medicina Legal de Alicante Salvador Giner han analizado alrededor de 70 cerebros humanos desde que empezaron a recopilarlos hace 7 años y han determinado que existen cambios en marcadores cruciales para este tipo de conducta, informa Tendencias 21.

Estas investigaciones que se desarrollan en el Instituto de Neurociencias, ubicado en el campus de Sant Joan d'Alacant, son fruto de un convenio entre la UMH, el Instituto de Medicina Legal de Alicante y la Conselleria de Justicia de la Comunidad Valenciana.

Los investigadores de la UMH han detectado modificaciones en un gen denominado FKBP5, que regula la actividad del eje del estrés, y en diferentes genes que afectan a la vía Notch, relacionados con la plasticidad cerebral. Es decir, la capacidad de destruir o generar neuronas.

Además, han encontrado alteraciones en el gen del receptor Cannabinoide 2, cuya función se ha relacionado con la regulación de la conducta emocional (ansiedad y depresión) y el desarrollo de trastornos adictivos.

En la provincia de Alicante se practican unas 1.100 autopsias al año. De las cuales, el 10% se realizan en personas que se han suicidado. Con el objetivo de averiguar qué ocurre en la mente humana cuando un individuo decide acabar con su vida, los investigadores de la UMH estudian cerebros de suicidas que no recibían tratamiento farmacológico para intentar determinar algunos de los factores que pudieran relacionarse con esta conducta.

Manzanares explica en la nota de prensa de la universidad que "hay pocas alternativas terapéuticas de intervención para evitar el suicidio". No obstante, opina que "mediante estos trabajos será posible identificar receptores o genes que puedan mejorar los tratamientos que ya existen".

Alteraciones debidas a los fármacos

Según el investigador, "el propio tratamiento farmacológico que recibe una persona afectada por un trastorno emocional que le predisponga hacia el suicidio, podría modificar la funcionalidad de los marcadores que estamos tratando de identificar".

Por ese motivo, la muestra que han recogido los investigadores de la UMH pertenece a individuos que se han suicidado pero que no tenían ningún diagnóstico psiquiátrico y que no tomaban medicación. De esta manera, indica Manzanares, saben que lo que encuentren en el cerebro «está directamente relacionado con esa conducta suicida y no es provocado por los fármacos».

Por otra parte, el profesor de la UMH y forense Salvador Giner explica que las mujeres tienen mayor tendencia a suicidarse, aunque en muchos casos no lo consiguen.

De este modo, ha indicado que los hombres se suicidan más porque casi todas las veces que lo intentan lo consiguen y éstos prefieren para acabar con su vida la ahorcadura o la precipitación, mientras que las mujeres optan por la asfixia o los medicamentos.