Diez nuevos casos de leishmaniasis cutánea o "pito" encontraron los investigadores de la Universidad de Antioquia en el casco urbano de Remedios, aumentado así a 35 las víctimas conocidas de esta enfermedad en ese municipio del Nordeste antioqueño.
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Los miembros del Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales (Pecet) del Alma Máter se alertaron de la situación gracias a un reportaje de El Colombiano, publicado el pasado 22 de febrero, con el título "Curanderos se lucran por extraño brote de leishmaniasis en Remedios".

En el informe periodístico se denunció el drama de los habitantes del barrio Divino Niño, en el corregimiento La Cruzada, los cuales estaban siendo afectados por un mal propio de las áreas rurales, con el agravante de que pocos acudían al servicio estatal de salud y preferían el auxilio de los yerbateros tradicionales.

El Pecet visitó la zona durante cuatro días, realizando un análisis ecoepidemiológico, capacitación al equipo de salud de Remedios y charlas con la comunidad. Los investigadores determinaron que el parásito responsable de la epidemia es la especie leishmania panamensis, "que afecta la piel y puede comprometer la mucosa del tabique nasal, produciendo leishmaniasis mucosa".

El agente transmisor es el insecto aludo o palomilla, "que está dentro y alrededor de las casas" del barrio. Su actividad comienza a las 7:00 p.m. y se prolonga hasta la madrugada, según el reporte del Pecet.
"Lo que está sucediendo en Remedios es muy importante y se convierte en una llamada de alerta para el Ministerio de Salud y para la Secretaría Departamental y Municipal de Salud, respecto al manejo de esta enfermedad", prosigue el informe.
El doctor Iván Darío Vélez, director del Pecet, comentó a este diario que su grupo remitirá un informe a la Dirección Seccional de Salud de Antioquia, "porque la gente no está aceptando el tratamiento estatal, prefieren uno que les resulta más costoso y no tiene garantías".

La comunidad está recurriendo a los yerbateros y brujos, quienes fabrican un polvo que contiene hierbas y hasta ácido de batería, y el cual venden por 150.000 pesos, para que los pacientes se apliquen en las ulceraciones de la piel.
"El Estado tiene que darle otras alternativas a la población y hacer campañas educativas", precisa el científico.
El reporte del Pecet concluye con una denuncia:
"en Colombia el tratamiento para la leishmaniasis son unas inyecciones de sales de antimonio, que se usa desde hace 70 años, altamente tóxico y doloroso que requiere la aplicación tres o cuatro ampollas para una persona adulta, durante 20 a 28 días. Este tratamiento ha sido replanteado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud. Sin embargo, el Ministerio de Salud de Colombia aún no ha modificado la resolución que regula el tratamiento de la leishmaniasis en el país".
Añade que "la leishmaniasis hace parte de las llamadas, por la OMS, enfermedades huérfanas y olvidadas, es decir, que no existen medicamentos ni vacunas para prevenirlas, toda vez que no son de interés de las multinacionales farmacéuticas".

Mientras esto suceda, los curanderos de Remedios y otros pueblos seguirán lucrándose de la comunidad afectada, con sus pócimas y polvos mágicos.