Se cree que los fantasmas son seres sensibles a las "cicatrices psíquicas", residuos espirituales en lugares con un pasado más que turbulento. Hay pocos lugares en el mundo que pueden absorber tanta emoción como los hoteles. Ellos son los testigos de la alegría desenfrenada de las parejas en la luna de miel y familias de vacaciones, la desesperación del trabajo diario de los empresarios que están de pasada.

Pero también son testigos de trágicos sucesos como homicidios, suicidios o ataques cardíacos que impregnan cada una de sus habitaciones con energías que se manifiestan en fenómenos poltergeist u otros extraños eventos sobrenaturales.

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Entonces pasar una noche en un hotel embrujado puede ser una experiencia inolvidable. Y esto es lo que unos jugadores de baloncesto de la NBA, Tim Duncan y Jeff Ayres, experimentaron durante una reciente estancia en California. Los jugadores del San Antonio Spurs se alojaron en el Hotel Claremont, donde afirmaron ser testigos de fenómenos paranormales.

Presencias aterradoras en el Hotel Claremont

El Hotel Claremont en Berkeley, fue el lugar elegido por los Spurs de San Antonio para descansar antes del partido contra los Golden State Warriors en Oakland. Pero jugadores como Tim Duncan y Jeff Ayres además de prepararse para el partido también fueron testigos de lo paranormal. Por su parte, Jeff Ayres explicó a los medios de comunicación que cuando intentó abrir la puerta de su habitación pudo escuchar a un pequeño bebe en el interior. No podía abrir la puerta, pero podía escuchar claramente como había personas en su interior.
"Cogí mi llave de la habitación, oía cosas en el pasillo, al igual que las personas en sus habitaciones. Así que pensé que era la gente estaba viendo la televisión o lo que sea. Así que cuando llegue a mi puerta, y mi llave no funciono, sentí que había alguien en mi habitación. Escuche un pequeño bebé, no estaba llorando, pero hacia ruidos. Lo primero que pensé es, '¿qué diablos?' Yo sigo intentando abrir la puerta de mi habitación con mi llave pero no funcionó. Así que me dirigí abajo para conseguir un duplicado de la llave, y les dije al servicio de habitaciones que había alguien en la habitación", dijo Ayres al San Antonio Express-News.

"Así que ellos llamaron a la habitación, y nadie contestó. Ellos me dijeron que me conseguirían un duplicado de la llave junto con alguien de seguridad para asegurarse de que no hubiese nadie ahí, porque no debería haber nadie. Fue la cosa más espeluznante. Escuché otros clientes quejándose de escuchar bebés en el pasillo y niños corriendo por el pasillo. Aterrador. Realmente escuché voces y un bebé en la habitación, y no había nadie allí. Fue una locura."
Por su parte Tim Duncan también afirmó haber escuchado presencias en la habitación de Ayres, además de un bebé.
"Escuché a un bebé en su habitación. Había alguien o algo en su habitación. Sí, definitivamente oí algo. No era raro, porque yo asumí que era alguien en la habitación, ya que estaba en la habitación equivocada. Pero cuando me di cuenta que estaba en su habitación, es en ese momento sentí escalofríos. Estoy totalmente de acuerdo con él. Había un bebé allí, por supuesto. Me enteré de la historia del lugar, y yo prefiero no alojarme de nuevo", dijo Duncan a los medios de comunicación.
Y muy a lo contrario de lo que la gente pueda pensar, Tim Duncan y Jeff Ayres no están locos, ya que el Hotel Claremont tiene una historia legendaria al ser uno de los hoteles embrujados más conocido de los Estados Unidos. Desde investigadores paranormales profesionales a los cazadores de fantasmas novatos, el hotel se ha ganado una reputación por sus apariciones de fantasmas. Se cree que el hotel es frecuentado por varios espíritus, que incluye una niña de 6 años de edad, quien murió en el hotel.
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Hay innumerables historias de avistamientos misteriosos, golpes en las puertas, y ruidos inexplicables en particular en el vestíbulo, salón de baile y espacios comunes. Pero es en las habitaciones donde se cree que hay altos niveles de actividad paranormal. De hecho, los huéspedes han descrito ocasionalmente pasos y oír ruidos en el piso de encima de ellos, sólo para descubrir que en ese momento no hay nadie residiendo en las habitaciones superiores.