La Meteoritical Society reconoce un meteorito que cayó en 1931 en la localidad procedente de un asteroide desconocido.
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© JESÚS F. SALVADORESVista de la localidad de Ardón, que ha dado nombre a un meteorito
Rosa González tenía 11 años aquel 9 de julio de 1931 cuando una gran bola de fuego cruzó el cielo de León. La pequeña residía en Ardón y vio caer justo delante de ella lo que acaba de ser caracterizado por el Centro Superior de Investigaciones Científicas como un meteorito.

Así comienza la historia de cómo el municipio paramés pasará a la historia interestelar a bordo de un meteorito que lleva su nombre desde el pasado 19 de marzo. La investigación, realizada por un equipo de científicos internacionales liderado por el Centro Superior de Investigacines Científicas, ha caracterizado al meteorito que cayó sobre el municipio y que permaneció 83 años oculto, considerando que procede de un asteroide desconocido y que ahora ha recibido el nombre de la población.

El proceso investigador, liderado por el astrofísico Josep M. Trigo, recoge la historia narrada por Rosa que, tras ver caer aquel extraño objeto del cielo, lo recogió del campo cuando todavía estaba caliente y lo guardó en una caja... durante ochenta años.

Desde entonces fue como una especie de «secreto de familia» hasta que se lo contó a su sobrino, J. Antonio González y a su sobrina. Todavía recordaba el lugar exacto donde cayó el meteorito, en una conocida calle de la localidad.

La roca extraterrestre será presentada el próximo jueves por Trigo y una lámina de ella pasará a formar parte de la colección del Museo Nacional de Ciencas Naturales del CSIC, en Madrid, al que ha sido donado en parte por los propietarios, según señala la agencia Dicyt.

Las características físicas del meteorito, que pesa 5,48 gramos, demuestran que corresponde a una condrita ordinaria del grupo L6.

Ardón es uno de los últimos meteorito reconocidos por la Meteoritical Society, el máximo organismo en materia de clasificación de meteoritos, y al que llegan cada día cientos de datos de nuevos descubrimientos.

El paso del bólido por el cielo de la provincia fue recogido por la prensa de entonces, que narra como una bola de fuego atravesó el cielo hacia las nueve y media de la mañana, con un «tableteo fuerte seguido de seis u ocho truenos empalmados», según el testimonio de un profesor que en esos momentos daba clase a sus alumnos. Otros cuentan que vieron pasar a gran altura «una llama ardiendo y rugiendo y echando humo», sin que nadie supiera en aquel momento, dónde fue a caer.