Recientemente fue documentado en el Lago Michigan un espectáculo natural que nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de las cosas (o mejor dicho de la forma en la que las percibimos). Lo que en primera instancia pareciera un poderoso tsunami, fenómeno que se ha ganado un lugar entre los mayores terrores del imaginario colectivo por su implacable capacidad de destrucción es, en realidad, un etéreo banco de niebla que acaricia la superficie del agua con desbordante ligereza. En pocas palabras, lo que originalmente percibimos como un "algo", termina en 'realidad' siendo su némesis, su contraparte poética.
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Así que más allá de apreciar la belleza de este fenómeno, cuya contemplación es el acto central de este ejercicio, también vale la pena reflexionar sobre el innumerable caudal de lecciones que la naturaleza nos ofrece, como el máximo detonante de reflexiones y metáforas que tenemos a nuestra disposición - y es que solo ella puede transformar tsunamis en paraísos de niebla, y al revés.