No existe una explicación única para justificar que los incendios registrados en el medio natural, ya sean forestales o agrícolas, se hayan multiplicado por dos en el primer semestre del año en comparación al mismo periodo del año anterior: 75 frente a los casi 40 del pasado curso. La escasez de precipitaciones durante el pasado invierno y primavera, así como las negligencias cometidas en las quemas de rastrojos, se esconden detrás de estas cifras capaces de poner el vello de punta a cualquiera medianamente sensibilizado con el medio natural.
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© CHAPAEl humo generado por el incendio se adueñó ayer del casco urbano de Montefrío
De todos los incendios registrados hasta la fecha, solo cinco superaron las diez hectáreas de terreno arrasado por las llamas. La inmensa mayoría, más de 38, se quedaron en conatos que quemaron una superficie inferior a la mitad del terreno de un campo de fútbol; y el resto oscilaron entre una y tres hectáreas.

La principal clave para que estos siniestros no se hayan convertido en desastres medioambientales de gran alcance pasa por la eficacia mostrada en todo momento en el despliegue de medios del Infoca. El objetivo siempre es aportar todos los recursos disponibles en un momento determinado para evitar que las llamas se propaguen.

Para prevenir

Permiso de quema. Hasta el próximo 15 de setiembre están prohibidas las quemas de restos agrícolas y barbacoas en el campo.

Efectivos. Setecientos efectivos del Infoca vigilan cada día los distintos puntos de la provincia.

Limpieza. Cortafuegos, el uso de ovejas para la limpieza de zonas forestales y las campañas de sensibilización también ayudan a prevenir incendios.

El ejemplo más cercano se pudo observar el pasado 1 de julio en un incendio forestal registrado cerca de Saleres, en el Valle de Lecrín: en apenas quince minutos se movilizaron siete medios aéreos y 80 agentes del Infoca que protagonizaron un gran despliegue que logró controlar un incendio bastante complicado por el escarpado lugar donde se inició (Barranco del Perro) en algo más de tres horas y se extinguió por completo a las seis horas desde su inicio. No obstante, el fuego acabó con 30 hectáreas de terreno según los datos oficiales. El Infoca tiene desplegado en lo distintos apostaderos de la provincia de Granada a setecientos efectivos para prevenir y combatir estos incendios que van minando poco a poco los pulmones de la geografía granadina.

No solo se han duplicado los incendios o conatos registrados en este primer semestre, sino también el número de imputados. El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha imputado a 17 personas por originar de forma no intencionada algunos de los 75 incendios registrados y la Policía Autonómica a tres más, mientras que el pasado año los agentes del instituto armado hicieron lo propio con seis y la Policía Autonómica con uno, en el mismo periodo.

En solo un año se han triplicado el número de imputados por este tipo de delitos. La práctica totalidad de estas personas fueron acusadas de cometer alguna negligencia durante la quema de rastrojos que derivó en un incendio en terreno agrícola o forestal. La mayoría de los siniestros investigados tienen un origen accidental o se producen por una imprudencia, entre las que destacan como más habituales la quema de rastrojos o la colilla de un cigarrillo.

El pasado año, el número de actuaciones en terrenos forestales disminuyó un 48% con respecto a 2012 y está por debajo de la media del último decenio, al igual que las hectáreas afectadas, que han sido 426 por año. En la pasada campaña el 35% de los incendios fueron intencionados, según el Infoca; el 33% consecuencia directa de negligencias; y el 9% provocados por los rayos de tormentas, según las investigaciones de la Brigada de la Delegación de Agricultura y Medio Ambiente.

Si tradicionalmente los incendios con más hectáreas arrasadas se registraban casi siempre en verano, el pasado año fue en la última semana de diciembre cuando un fuego calcinó más de cuarenta hectáreas de masa agrícola y forestal en el término municipal de Jete.

La prevención

Desde el 1 de junio pasado está en vigor la orden anual que no autoriza la realización de barbacoas y quemas agrícolas, que entra en vigor en junio y que seguirá vigente, al menos, hasta el 15 de octubre, «cuya eficacia se está demostrando en la reducción de siniestros derivados de estas tipologías», según la Junta de Andalucía. El Reglamento de Prevención y Lucha contra los Incendios Forestales, en terrenos con masa forestal y zonas de influencia forestal, «prohíbe durante todas las épocas del año encender fuego para cualquier uso distinto de la preparación de alimentos en los lugares expresamente acondicionados al efecto, con la excepción del empleo del fuego en actividades agrarias», según consta en el decreto de la Junta.

«Los incendios se apagan en invierno». Estas fueron las palabras, días atrás, de Inmaculada Oria, delegada de Medio Ambiente, que asegura que la Junta ha invertido 14 millones de euros en tareas de prevención, una cifra que supone más de la mitad del total del presupuesto del Infoca de este año, que asciende a 25,2 millones. Se han realizado trabajos selvícolas, 'fajas' y 'cortas' de zonas de matorral y junto a caminos y carreteras transitadas, además de acometer trabajos de limpieza y mantenimiento en más de 300 kilómetros de cortafuegos y zonas 'calientes'. Este año también se incrementa la colaboración de rebaños y pastores en 23 zonas, que ayudan a mantener limpios los cortafuegos.

La consejería, a través del Plan Infoca, suscribe anualmente convenios con los pastores en los que se delimitan las áreas donde trabajarán y, una vez realizado el pastoreo, se evalúan sus resultados y se establece la remuneración correspondiente en cada caso. Este programa permitirá el tratamiento de más de 2.500 kilómetros lineales de cortafuegos en la comunidad autónoma. Tanto el número de pastores como las áreas de actuación de este programa han ido creciendo desde la puesta en marcha del mismo en 2005, toda vez que se habían realizado experiencias piloto de forma previa.

La utilización del pastoreo controlado como herramienta de prevención de incendios permite un mantenimiento sostenible y tradicional del monte mediterráneo andaluz, al tiempo que fomenta el oficio de la ganadería. El Parque Nacional de Sierra Nevada, los distintos parques naturales y la comarca de la Alpujarra están especialmente vigiladas. «En el resto de zonas de uso público hemos realizado una labor intensa para abrir cortafuegos u otros tratamientos preventivos en el plano selvícola antes de que comenzara el verano», apuntan desde la Junta de Andalucía. Labores preventivas limitadas a las demarcaciones naturales donde ellos actúan. «No podemos llegar a todos sitios».

Rastrojos

El problema de los incendios en verano no solo se concentra en el medio natural, sino también en todos esos solares repletos de rastrojos que se acaban convirtiendo en objetivo de actos vandálicos. El pasado año, los bomberos de Granada efectuaron más servicios por incendios en zonas de rastrojos que en fuegos declarados en domicilios. Al menos este año, sí se ven muchos más solares desbrozados de rastrojos.

En 2013, los bomberos de Granada contabilizaron semanas en las que efectuaban diez salidas diarias para sofocar incendios registrados en solares de la capital y del Cinturón Metropolitano donde ardían rastrojos.

Bomberos de Granada disponen de una unidad contra incendios forestales, Grafor, que suele activarse en días de peligro extremo de incendios, peligro marcado por la humedad y las elevadas temperaturas. La Grafor es un retén que se añade a los servicios habituales de los dos parques de bomberos de la capital granadina. Desde el Infoca lanzan solo un consejo: «Extremar al máximo el cuidado en el medio natural para evitar incendios».