El Amazonas una vez fluyó en sentido contrario, de este a oeste. La inversión de la dirección del río más grande de la Tierra no es algo trivial y los geólogos han estado estudiando la causa de ello bastante tiempo.
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El Amazonas corre hacia arriba a causa de una erosión terrestre. Lo ha demostrado el doctor Victor Sacek, de la Universidad de São Paulo, en un estudio publicado en el portal científico Science Direct.

Con los poderosos Andes en el extremo occidental del continente, sería lógico que los ríos de América del Sur fluyeran hacia el este. Sin embargo, el Amazonas -que descarga cinco veces más agua que cualquier otro río en el planeta-, el Orinoco y el Río de la Plata corren de la misma manera. Cualquier río de América del Norte o de Europa parece minúsculo en comparación con estos monstruos, recuerda 'Business Insider'.

Sin embargo, hasta hace 10 millones de años, la mayor parte de lo que hoy es la cuenca del Amazonas fue drenada por un río que fluía hacia el oeste y desembocaba en un lago gigante que yacía a los pies de los Andes del Norte. Desde allí el agua fluía dirección norte hasta el mar Caribe. Puesto que el istmo de Panamá no se había formado aún, esta agua posteriormente fluía hacia el oeste del Pacífico.

Explicar por qué sucedía esto era un esfuerzo demasiado fuerte para los geólogos, por lo que todo eran especulaciones sobre los cambios experimentados en el manto de la Tierra, posiblemente resultantes de la desintegración de África y América del Sur.

Por su parte, Sacek muestra en su estudio que la elevación de los Andes conocida como la placa Sudamericana, que pasa por encima de la placa de Nazca, puede explicar el proceso en períodos de tiempo correspondientes. Sacek incluye en su modelo el hecho de que, a medida que las montañas se elevaban, interceptaban más nubes lluviosas, hecho que provocaba mayor erosión.

Al principio, la elevación de los Andes originó el surgimiento de un canal hacia el este, que se convirtió en el 'paleolago' en el que 'se vació' el Amazonas en su trayecto hacia el oeste. Con el tiempo, sin embargo, este hundimiento se desaceleró, mientras la erosión se aceleraba hasta convertir este lago en una serie de humedales conocidos como la Formación Pebas.

Las vastas marismas de Pebas habrían sido un ecosistema que en nada se asemeja a lo que vemos hoy, pero con el tiempo la acumulación de sedimentos hizo emerger la región hasta el punto de que las precipitaciones fueron empujadas hacia el otro lado.