Muy pocos se hubieran imaginado que la grasa 'buena', la marrón, la que consigue quemar las calorías que a uno le sobran y reducir los depósitos de la otra grasa, la 'mala', sería la responsable de la muerte de uno de cada tres pacientes con cáncer. El proceso, denominado caquexia, es tan devastador como poco estudiado. Un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha demostrado por primera vez que este fenómeno 'quemagrasa' se asocia a un efecto negativo. Los científicos aseguran que estos lípidos que adelgazan están detrás de la pérdida de peso atroz que sufren algunos enfermos, que incluso produce la muerte en uno de cada tres pacientes.
cáncer grasas
© elcorreo.comLos investigadores del CNIO, autores del hallazgo.
En el estudio, publicado en la revista científica Cell Metabolism, el equipo investigador que lidera Michele Petruzzellli, revela que el cáncer activa el proceso de caquexia descontroladamente y hasta el extremo, lo que aumenta las posibilidades de muerte en estos pacientes. El proceso suele darse en fases avanzadas de tumores de páncreas, estómago, pulmón, esófago y colon, pero también en pacientes infectados con el virus del sida, insuficiencia cardiaca o hepática. Por mucho que estas personas se alimenten, no consiguen frenar la pérdida de grasa y músculo, llevando al paciente hasta una muerte que en determinados casos no está relacionada con los efectos directos del tumor.

Los científicos también han descubierto la importancia de una molécula denominada citoquina IL-6 en el proceso ya que, al bloquearla, mejoraba la salud de los ratones con los que llevaron a cabo el experimento. Esta proteína del sistema inmune que interviene en los procesos inflamatorios podría suponer una futura vía de tratamiento para los enfermos.

Muchas expectativas

El equipo de investigadores llevó a cabo el experimento con distintos modelos de ratones con cáncer. En todos ellos se observó el proceso por el que antes de que se produjera la fase adelgazamiento extremo se activaba la transformación de las reservas de grasa 'mala' en 'buena'. Durante el estudio, advirtieron que la citoquina IL-6 jugaba un papel «muy importante» en todo el proceso, ya que hacía desaparecer la caquexia en algunos modelos de ratones y en los demás «redujo drásticamente» sus efectos, según explicó Petruzzellli.

Los investigadores también estudiaron tejido graso humano de pacientes que habían entrado en un proceso de caquexia. Demostraron así que siete de las ocho muestras analizadas desarrollaron las mismas alteraciones detectadas en los ratones, por lo que se muestran «cautos pero esperanzados» con el hallazgo, que podría llegar a mejorar las expectativas tanto de los pacientes con obesidad como de los oncológicos. Los expertos advierten de que la grasa 'buena' no debe estar ni demasiado activada, como en el caso de los pacientes con cáncer, ni demasiado poco, como sucede con las personas obesas.