Los lagos surgidos debido al corrimiento de tierras que sucedió al terremoto ocurrido el domingo en Yunnan, en el suroeste de China, y que de momento ha dejado cerca de 600 víctimas mortales crecen de forma incesante y amenazan con que posibles inundaciones aneguen más viviendas de la zona.
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Según publica hoy la agencia oficial china Xinhua, uno de esos lagos, que está cerca de Longtoushan (condado de Ludian, epicentro del seísmo), tiene una longitud de 15 kilómetros y una superficie de 49 kilómetros cuadrados, y se formó cuando los deslizamientos de tierra bloquearon el río Niulan, que atraviesa la zona.

Hasta el miércoles, el lago ya había inundado alrededor de 370 viviendas, y, debido a la alta probabilidad de que el agua se extienda fuera de las actuales orillas, miles de residentes han huido y al menos 4.200 han sido realojados.

Los equipos de rescate, citados por Xinhua, dijeron hoy que el nivel del agua crecía a una velocidad de 0,16 metros por hora, un total de 3,84 metros cada día.

No obstante, el nivel creció hasta cuatro o cinco metros durante las primeras 24 horas del martes, cuando se registraron lluvias en la zona.

Un embalse cercano intercepta de momento el agua que podría llegar al río, y el Ejército de Liberación Popular (ELP), que tiene desplegados a 10.000 efectivos y diez helicópteros como parte del equipo de rescate, afirmó hoy también que tiene planes de utilizar cerca de dos toneladas de dinamita para detonar los bloques que formaron el lago.

El cuarto día de rescate, tras el fin del periodo inicial de 72 horas en el que es más fácil encontrar supervivientes, transcurrió hoy sin grandes noticias, pero entre el temor de las autoridades sanitarias a que surjan epidemias o enfermedades infecciosas en la zona devastada.

Las altas congregaciones de personas en las tiendas de campaña instaladas para los desplazados y los deprimidos sistemas inmunes de las víctimas añaden riesgos al brote de enfermedades como la tuberculosis, dijo hoy un portavoz de la Comisión Nacional de Salud y Planificación Familiar, He Qinghua, citado por Xinhua.

Aunque consideró que, de surgir, la enfermedad podría ser controlada, advirtió de la escasez de agua potable en el lugar del siniestro.

Además de los 589 fallecidos hasta la fecha, las autoridades cifran a los heridos en 2.993 personas, con 1.269 de ellas aún hospitalizadas.

Las autoridades comunistas han culpado de la elevada cifra de muertos a la fragilidad de las construcciones, la poca profundidad del terremoto -sólo 12 kilómetros- y a la densidad de población en esta zona, muy superior a la media provincial, mientras algunos residentes critican su falta de inversión en Ludian, una de las regiones más pobres de China.