Es común poder recordar cosas que nos pasaron hace tiempo, como el lugar donde pasamos las vacaciones, nuestros cumpleaños, nuestra graduación, etc. pero nadie suele decir: "si, yo recuerdo cuando solo tenía 3 meses de edad y me la pasaba durmiendo". El recuerdo más viejo que tengo es de cuando viajé por primera vez en avión, y ya tenía 4 años.
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El hecho de que nadie tenga recuerdos de cuando era un bebé es un fenómeno que ha sido denominado 'amnesia infantil'. Por más de 100 años se ha tratado de encontrar la causa de dicha amnesia: Sigmund Freud se la atribuyó a la represión de experiencias sexuales tempranas. Otros investigadores más recientes creen que se debe a la falta de percepción propia, lenguaje u otro equipamiento mental necesario para codificar recuerdos.

Los neurocientíficos Paul Frankland y Sheena Josselyn, ambos del Hospital de Niños Enfermos en Toronto, tienen una teoría diferente. Sucede que los humanos no son los únicos que padecen de amnesia infantil. Los ratones y monos también olvidan su infancia temprana. Considerando las similitudes, Frankland y Josselyn piensan que el rápido nacimiento de muchas neuronas nuevas en un cerebro bloquea el acceso a los viejos recuerdos.

En un nuevo experimento, científicos manipularon la velocidad en la cual las neuronas del hipocampo (región cerebral que archiva eventos autobiográficos) crecían en ratones jóvenes y adultos. Los ratones jóvenes con crecimiento lento de neuronas presentaron mejor memoria a largo plazo. Por otro lado, los ratones más viejos con más velocidad de formación de neuronas mostraron pérdida de memoria.

Basados en estos resultados, que fueron publicados en Mayo en la revista Science, Frankland y Josselyn creen que ese rápido crecimiento de neuronas que se da en la infancia interrumpe los circuitos cerebrales que almacenan recuerdos viejos, haciéndolos inaccesibles. Los niños pequeños también tienen subdesarrollada la corteza prefrontal, otra región del cerebro que codifica recuerdos, así que la amnesia infantil podría ser el resultado de una combinación de estos dos factores.

Mientras crecemos, la neurogénesis se enlentece, y el hipocampo logra un balance entre la formación de recuerdos y la retención. Por supuesto, todavía nos olvidamos de muchas cosas, pero eso puede ser en realidad algo positivo. La idea es que para un funcionamiento saludable de la memoria en la adultez, no sólo necesitas recordar cosas sino también limpiar los recuerdos poco relevantes", dice Frankland.