Traducido por el equipo de Sott.net en español

La próxima cumbre de Vladimir Putin y Petro Poroshenko en Minsk será la primera reunión a fondo en seis meses entre los líderes de Rusia y Ucrania. Durante este periodo, Ucrania se ha enredado en una guerra civil y está a punto de sufrir un colapso económico - pero oficiales en Kiev siguen culpando a Rusia por todo. ¿Será de alguna utilidad tener una reunión con un Poroshenko hostil?

El 26 de agosto, Minsk será el anfitrión de una cumbre entre los líderes de la Unión aduanera (que próximamente será conocida como la Unión Aduanera Euroasiática) y el presidente de Ucrania. Putin, Lukashenko, y Nazarbayev se reunirán con Petro Poroshenko, quien no llegará solo, sino será acompañado por representantes de la Unión Europea.


Comentario: Suponemos que sería demasiado arriesgado dejar a la marioneta Poroshenko sola.


En vez del Presidente de la Comisión Europea, esos representantes consistirán en tres Comisionados Europeos, dirigidos por la Baronesa Ashton, la líder diplomática europea. La agenda aún ha de ser anunciada - pero durante los tiempos de guerra (una caliente en Ucrania y una fría entre Rusia y Occidente), obviamente sería ridículo limitar los diálogos sólo a los asuntos económicos que vienen de la nueva asociación entre Ucrania y la U.E. Especialmente, ya que ésta será literalmente la primera oportunidad para que se reúnan Poroshenko y Putin - esa reunión cuadrilateral con Merkel y Hollande en Normandía apenas puede considerarse como un encuentro exhaustivo.

Aunque no haya ninguna reunión bilateral aparte en Minsk, las negociaciones entre la Troika Eurasiática y Poroshenko harán posible que todos se miren a los ojos y afirmen qué es exactamente lo que quieren. ¿De qué hablarán los Presidentes de Rusia y Ucrania? ¿Podrán llegar a algún tipo de acuerdo? Y si no, ¿Qué sentido tiene tal reunión?

Ucrania se considera en un estado de guerra contra Rusia, si no legalmente, entonces de hecho. "Nos estamos defendiendo contra agresión rusa" es la posición del Gobierno Ucraniano y un sentimiento compartido por la mayoría de la población ucraniana. Y Kiev está solicitando ayuda - financiera, militar, y también política - a Occidente, afirmando que la agresión de Moscú fue provocada por las inclinaciones europeas de la gente ucraniana. Poroshenko está amenazando a Rusia con sanciones de Ucrania e insistiendo que las sanciones occidentales contra Rusia sean más fuertes para obligar a Moscú a dejar de apoyar a los insurgentes en el Este de Ucrania. Kiev no puede erradicar a los rebeldes por sí mismo - después de enseñar su músculo militar durante tres meses, el único resultado es que la guerra civil en Ucrania ahora se puede etiquetar de manera inequívoca como un asunto prolongado y sangriento. Pero Kiev no puede abandonar su operación militar porque los intereses personales de la élite rigente, además de la postura de los EE.UU. animan a que se resuelva el asunto por la fuerza. Poroshenko no administra el país con una sola mano - pero de alguna manera, parece personificar la nación entera.

De poco sirve hablar de Ucrania con la única entidad - Washington - en la cual el gobierno en Kiev verdaderamente depende. Los EE.UU. no reconoce su tremenda influencia sobre Poroshenko, y está claro que América no sólo no hará nada por calmar el fervor belicoso de Kiev, sino al contrario, lo está avivando de manera diligente. En esta situación, Rusia sólo puede hablar con dos de los vasallos de Washington - la UE y Kiev. Pero sería un error negarse a dialogar incluso en este tipo de situación. La guerra es guerra y los diálogos son diálogos. Además, merece la pena, si sólo sirve para recordarle de nuevo a Kiev lo que le espera en un futuro próximo.

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¿Qué le dirá Putin a Poroshenko en Minsk? Que el estado ucraniano está entre la vida y la muerte. Que al rechazar negociaciones de paz con Novorossiya, Kiev está excavando su propia tumba. Que al comprometerse a una respuesta armada, Ucrania no sólo no será capaz de conservar la unidad del país sino está destrozando las últimas oportunidades para poder resucitar a su nación de cualquier forma.

Siguiendo su camino hacia la integración con la U.E., lo cual el Parlamento Ucraniano debería ratificar de forma conclusiva en septiembre, será un golpe mortal para la economía ucraniana que está en un estado de colapso como resultado de la guerra y la disminución del comercio con Rusia.


Incluso antes de que comenzara la guerra os advertimos que si firmabais este acuerdo, defenderíamos a nuestros mercados. ¿Ucrania nos amenaza con sanciones? ¿Pretendéis darle el beso de la muerte a vuestro comercio de exportación con Rusia? Y ¿dónde vais a vender todos vuestros productos? ¿Os creéis que vendrá ayuda del extranjero? No, no tienen tanto dinero (así afirman los Comisionados Europeos con total abatimiento). ¿Estáis amenazando con bloquear el paso de nuestro gas a Europa mientras a la misma vez estáis preparando para que se os envíe a través de Eslovaquia? ¿Cómo darás de comer a tu gente este otoño, Presidente Poroshenko?

Y ésta es sólo una pequeña muestra de lo que Putin podría decirle a Poroshenko - y ¿qué pasa si menciona los miles de habitantes muertos en Donetsk y Luhansk? Después de todo, al final tiene que haber un ajuste de cuentas por todos esos ciudadanos ucranianos que han muerto y por la guerra civil.

Obviamente, a Putin se le dará una respuesta citando a Crimea y una demanda por la devolución de su frontera anterior o... Sin embargo, Poroshenko sabrá perfectamente que sus proclamaciones son totalmente sin sentido aún cuando las está haciendo - sólo puede recitar sus líneas de manera mecánica, porque en realidad, no tiene respuestas a las preguntas de Putin. No hay dinero, ni país, ni estrategia de salida de la crisis que ya se ha convertido en un desastre. No tiene nada - salvo la esperanza de una victoria en su operación "anti-terrorista." Pero si eso no se hace realidad - y si Poroshenko finalmente se da cuenta de esto cuando le vea la cara a Putin - ¿qué puede hacer? No hay plan de respaldo para rescatar el país. A no ser que uno cuente con la esperanza de que los EE.UU. y la U.E. ayuden a Kiev produciendo uno - después de que todos nosotros (los ucranianos pro-europeos) nos unamos con ellos, o a ser más preciso, cuando ellos vengan por nosotros.

¿Y qué podrían hacer EE.UU.? El contacto con Rusia ha sido básicamente cortado, nuevas sanciones no ayudarán y el intento de aislar a Rusia no ha servido de nada. Europa sólo quiere una cosa - acabar con esta desventura ucraniana cuánto antes y organizar un alto de fuego con los rusos. La beligerancia de Poroshenko pronto se convertirá en algo irritante para Europa - y aunque permanecerá sumisa a los EE.UU., los líderes de la U.E. en muchos países lo encontrarán cada vez más difícil calmar el descontento de sus élites nacionales y el público general. En adición, en algún momento, incluso Berlín se dará cuenta de que la situación en el frente de Novorosíisk podría convertirse rápidamente en un camino extremadamente peligroso para Kiev. Y Poroshenko ha calculado malamente el tiempo de las nuevas elecciones - en ese momento, nadie tendrá ni idea de quién está encargado en Kiev. Putin esperará a que se desintegre Ucrania y luego entrará y recogerá todo - ese es el miedo en Europa. Y tienen razón - y eso significa que ellos mismos empujarán a Kiev a que dialoguen para llegar a un acuerdo sobre un alto el fuego al menos, si nada más.

La cuestión principal es si Kiev se ha dado cuenta del grado completo de la amenaza o si seguirán poniendo sus esperanzas en el Occidente. Si Poroshenko ya se ha dado cuenta del panorama completo y no va a esperar a un desastre en el frente oriental para darse cuenta de la necesidad de negociar - eso quiere decir que los recordatorios de Putin podrían servir como la última paja que devuelve a Kiev a la realidad. Sino - esto significa que pronto veremos pérdidas graves en el frente, más devaluación de la grivna (moneda ucraniana), el colapso de la economía, y coerción de Berlín. Y no hay posibilidad de que Moscú se quede esperando pacientemente.