Tras más de un siglo de sueño, el volcán islandés despertó hace diez días desatando una histeria por una posible erupción.
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Según la Oficina Meteorológica de Islandia (IMO, por sus siglas en inglés), el volcán islandés Bárdarbunga registró este martes un sismo de 5,7 grados Richter, el mayor registrado desde que iniciara su actividad sísmica. Tras más de un siglo de sueño, el volcán islandés despertó hace diez días desatando una histeria contenida por una posible erupción de consecuencias insospechadas.

Situado bajo el Vatnajökull, el glaciar más extenso de Islandia, el volcán es la segunda montaña más alta del país y aunque la alerta ha pasado de rojo a naranja, los ojos siguen puestos sobre volcán.

Se ha evacuado el área norte del Vatnajökull, cerrado carreteras próximas y hace una semana que los turistas han sido sacados del lugar. Una medida preventiva ante una hipotética erupción que tiene como precedente la de otro volcán islandés: el Eyjafjallajökull paralizó el tráfico aéreo europeo durante varias semanas en 2010 al extenderse la nube de ceniza por el continente.

Lo mismo pero a menor escala sucedió un año después con la erupción del Grimsvotn, el volcán más activo de Islandia. En el caso del Grimsvotn sólo hubo restricciones parciales en Islandia, Reino Unido, Alemania y Escandinavia.

La Comisión Europea (CE) ha calmado los ánimos aclarando que la actividad sísmica del Bárdarbunga no interrumpirá el espacio aéreo europeo: la Célula Europea de Aviación de Crisis, que reúne a expertos de la CE, de Eurocontrol, de los operadores aéreos y las autoridades de aviación aeroportuarias, se reunió el domingo para analizar los escenarios.

«La erupción no ha tenido lugar, pero el objetivo es garantizar que si lo hace todos los preparativos estén listos para hacer frente a la situación para que las interrupciones de tráfico sean mínimas», indicó la portavoz de Transporte del Ejecutivo comunitario, Helen Kearns.