Rastrear al "ejército fantasma ruso", al que Kiev acusa de estar detrás de los avances de las autodefensas en el este de Ucrania, fue la tarea que emprendió un periodista del diario francés 'Le Monde' y que ha dado sus frutos, pero no los esperados.
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"Raras cosas están pasando en Jolódnoye", escribe Benoit Vitkin, hablando sobre un pueblo ucraniano ubicado en la costa del mar de Azov, en la frontera con Rusia.

Según testigos, el 24 de agosto aquí se vieron varios aviones no tripulados, y al día siguiente los militares ucranianos desplegados en las afueras del pueblo fueron atacados y tuvieron que huir.

Luego "militares rusos" aparecieron en su lugar, según afirmaron tres mujeres vecinas sin vacilar.

"Jóvenes, llevando cascos y los mismos uniformes impecables, muy diferentes de los variados uniformes que llevan las autodefensas de Donbass", escribe 'Le Monde' citando a testigos.
Hay pocos reclutas ucranianos aquí, pero se ven "batallones de voluntarios", que "cuentan con muchos europeos" que combaten a favor de Kiev
Entre 30 y 50 personas acompañadas por un transporte blindado con la marca de identificación cubierta de pintura, les saludaron y se marcharon en dirección a Novoazovsk.

El pasado 27 de agosto esa ciudad cayó, algo que causó pánico en Kiev.

La inesperada apertura del segundo frente mostró con toda gravedad que varias semanas de ofensivas por los militares ucranianos fueron seguidas por una contraofensiva de las autodefensas.

Kiev lo vio como resultado de la intervención directa del Ejército ruso y condenó a Moscú. 'Le Monde' decidió seguir la pista del "ejército fantasma ruso", pero no halló en Novoazovsk ninguna huella de la columna vista en Jolódnoye.

Lo que hallaron fue una decena de carros blindados, principalmente soviéticos T-72.

"Estos tanques los capturamos en una base militar en la provincia de Lugansk", contó un miembro de las autodefensas apodado 'Gyurzá'.

El exintegrante de la Legión Extranjera desmintió todas las hipótesis sobre la intervención rusa, según escribe Vitkine, diciendo que todos los combatientes rusos que están en las filas de las autodefensas son voluntarios y que en las últimas semanas no han llegado nuevos integrantes desde Rusia.

El próximo objetivo de las autodefensas es el puerto de Mariúpol, que está siendo atrincherado.

Hay pocos reclutas ucranianos aquí -señala el periodista-, pero se ven "batallones de voluntarios", como el Batallón Azov, que "cuenta con muchos europeos" que combaten a favor del Gobierno de Kiev.