Lavrov
© APSegún Lavrov, las cosas en Ucrania irían mejor si las negociaciones dependieran solo de Rusia y sus socios europeos.
Si Ucrania abandonara su condición de país fuera de cualquier bloque y pusiera rumbo a la integración a la OTAN - tal como quieren Washington y Bruselas - socavaría los esfuerzos para lograr la paz.Así lo declaró en una rueda de prensa el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov.

"Sabemos que hay políticos serios y responsables en Europa y en EE.UU. que abogan contra cualquier provocación porque entienden que prolongar el conflicto [en el este de ucrania] exigiendo a los milicianos que se rindan no tiene ni sentido ni futuro", adelantó el jefe de la diplomacia rusa. "Entienden la necesidad de un diálogo concreto, sustantivo y sustancial con el fin de hallar un compromiso sobre el futuro del Estado de Ucrania, y esperamos que su voz prevalezca".

Lavrov lamentó que Washington, Bruselas y otras capitales de Europa, así como la OTAN, estén incentivando al "partido de la guerra" en Kiev. Destacó que la iniciativa del Gobierno de Ucrania de presentar al Parlamento una enmienda que altera el principio constitucional según el cual Ucrania permanece fuera de los bloques político-militares ha llegado justamente después de que la reunión celebrada en Minsk abriera las puertas a una solución mediante las negociaciones. El ministro ruso cree que un 'partido de la guerra' compite por tener influencia sobre la política de Kiev con el 'partido de la paz', que propone una solución política a los problemas principales que afrontan los ucranianos. A partir de eso plantea como la tarea principal del momento "hacer entrar en razón al partido de la guerra". En su opinión, solo EE.UU. es capaz de hacerlo, porque ejerce influencia directa sobre los militares ucranianos. "Hay muchas pruebas de ello", agregó.

"Es importante que EE.UU. y los socios europeos apoyen la necesidad de búsqueda de compromisos aceptables dentro del proceso que se inició en Minsk", dijo Lavrov. "Entonces, por fin, se podrían viabilizar los múltiples llamamientos a un arreglo pacífico".


Minsk, la capital bielorrusa, fue escenario de la primera y muy esperada reunión bilateral entre los presidentes de Ucrania y Rusia, Piotr Poroshenko y Vladímir Putin, respectivamente. Los líderes debatieron las futuras relaciones entre Rusia y Ucrania a la luz de la firma por parte de Kiev del acuerdo de asociación con la UE y el proceso de paz en la propia Ucrania.