"Es una situación brutal. Cuando entré en Lugansk, todo estaba completamente destrozado: coches calcinados, restaurantes, colegios, hospitales, casas de civiles, todo afectado por los bombardeos", cuenta Ramiro Gómez, voluntario español en Ucrania.

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© AFP Dominique FagetUna imagen tomada el 12 de julio 2014 muestra una casa destruida tras los bombardeos diarios llevados a cabo por las fuerzas armadas de Ucrania en la aldea de Stanitsa Luganskaya, 15 km al nordeste de Lugansk.
"No podía estar viendo cómo estaba sucediendo una injusticia así, cómo los medios de comunicación occidentales no paraban de manipular lo que estaba sucediendo y, pues, me obsesioné. Tenía que ir por allá y hacer lo que estuviera en mi mano", explica Gómez su decisión de abandonar su comunidad natal de Navarra y trasladarse a Lugansk para ejercer labores humanitarias.


"Me ha emocionado profundamente la valentía de un pueblo que está completamente motivado para conseguir su sueño, que es ser Novorossia y alejarse de un gobierno ilegítimo fascista como el que ha tomado el poder por un golpe de Estado en Ucrania. Me emociona mucho ver gente mayor, gente joven que, pese a todo lo que está sufriendo, no se atemoriza, no huye. No han buscado la guerra, la guerra los ha buscado a ellos y la van a enfrentar", comenta.

Según la cifra de la administración local, de momento en Lugansk, que antes de estallar el conflicto contaba con una población de 463.000 personas, solo hay seis escuelas operativas. Por ahora, el número aproximado de vecinos de la cuidad que murieron desde el inicio de la crisis se eleva a 320 personas, pero las autoridades advierten que puede ser mucho más alta.

"Es una situación terrible la que se está viendo en Lugansk. Llevan cerca de un mes sin agua, sin luz, sin comunicaciones, con escasez de alimentos y bajo el constante fuego del Ejército ucraniano. Me ha dado muchísima pena ver la cara de los niños y la cara de un montón de ancianos que están atrapados en una situación que es extrema y no tienen adonde ir, no tienen donde esconderse porque están golpeando toda la ciudad. Están masacrando a la población civil impunemente y no paran de masacrar barrios enteros, barrios de trabajadores donde mueren niños, ancianos y un montón de personas. Es una catástrofe lo que está sucediendo, una injusticia brutal", insiste Ramiro.


Este viernes las partes del conflicto ucraniano han firmado el alto el fuego gradual y la apertura de corrededores humanitarios. Sin embargo, la medida no convence al voluntario español. "Yo creo que más que una tregua, esto es una estrategia de Poroshenko para reorganizar a su Ejército, que está perdiendo en un montón de zonas, y ante la contraofensiva conjunta de Lugansk y Donetsk se está viendo un poco fuera del juego", opina Gómez.