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Muchos piensan que el tabaco es una especie de "hierba del demonio", solo útil para crear productos cargados de química como los cigarrillos que se sabe que fomentan el cáncer. Al menos esa es la idea actual sobre esta planta. Pero ciertamente esa no es la verdad completa de la planta del tabaco que ha sido usada históricamente por muchas culturas tanto en rituales religiosos y también como terapia natural para diversas dolencias desde los resfriados a la tuberculósis.

En épocas modernas, la ciencia ha documentado los beneficios para la salud de los compuestos del tabaco. Por ejemplo, un estudio realizado en la Universidad de Stanford concluyó que la nicotina puede reforzar el crecimiento de nuevas venas sanguíneas y podría dar lugar a tratamientos nuevos para mala circulación en diabéticos. Además, científicos de Duke University hallaron que los parches de nicotina podrían ayudar en la depresión.

Entonces, ¿por qué no se difunde ampliamente estos beneficios del tabaco? La razón, como indica Mike Adams en un informe de NaturalNews es sencilla: Las Autoridades Sanitarias de los EE.UU. y los médicos convencionales siguen equiparando los peligros de fumar cigarrillos cargados de química con cualquier cosa que tenga que ver con el tabaco natural, y los compuestos potencialmente benéficos para la salud que contiene.


Comentario: Si bien los cigarrillos comerciales están cargados de sustancias peligrosas y cancerígenas, no hay que confundirlos con el tabaco natural, que provee muchos beneficios para la salud.

Cabe mencionar que las farmacéuticas e instituciones de salud, buscando un chivo expiatorio, comenzaron a demonizar de forma generalizada el uso del tabaco, debido al aumento de casos de cáncer en vías respiratorias en ciudades industrializadas, siendo que ese tipo de enfermedades degenerativas, son provocadas por otros factores, como la contaminación, asbesto, y en menor manera los aditivos de los cigarrillos industrializados, entre otros. Una prueba de su error, es que desde que la campaña anti-tabaco tuvo un alcance global, los fumadores se redujeron a la mitad, mientras que el cáncer en vías respiratorias se disparó a más del doble. Además, las farmacéuticas ganan millones de los tratamientos para dejar de fumar.


Sin embargo, un nuevo estudio publicado en Neurology, la revista médica de la Academia Americana de Neurología, puede cambiar esta actitud porque revela que la nicotina del tabaco parece hacer lo que innumerables fármacos caros no han podido lograr: mejora la memoria en adultos ancianos.

Mejorías dramáticas en la memoria

Según nuevas investigaciones, estudios previos de memoria a corto plazo ya han demostrado que la nicotina ayuda a mejorar la memoria y la atención en personas con Alzheimer. Esto no es de extrañar porque la nicotina estimula receptores en el cerebro que son importantes para habilidades de pensar, y personas que padecen Alzheimer se sabe que pierden algunos de estos receptores.

El nuevo estudio investigó si la nicotina podría ayudar a personas con impedimento leve cognitivo, la fase previa a la demencia en la cual las personas tienen problemas leves de memoria o pensamiento pero no están incapacitados. El estudio realizado por el Colegio de Medicina Vanderbilt incluyó 74 sujetos investigados con una edad media de 76 años que tenían impedimento cognitivo leve y que no eran fumadores. La mitad del grupo recibió un parche de 15 mg de nicotina a diario durante 6 meses mientras que la otra mitad del grupo recibió un placebo. Al comienzo del estudio, los sujetos de la investigación realizaron pruebas para su habilidad mnemotécnica y pensamiento y estas pruebas fueron repetidas otra vez al cabo de 3 y 6 meses a partir de su uso de un parche de nicotina o placebo.

Al cabo de seis meses, los resultados eran dramáticos. Aunque las habilidades mentales del grupo del placebo se habían reducido en un 26% a lo largo de este plazo temporal, el grupo tratado con nicotina había recuperado un 46% de su rendimiento según edad en memoria a largo plazo.

No hubo efectos secundarios observables en las personas recibiendo el parche de nicotina. El Dr. Paul Newhouse, autor y jefe del estudio, de Vanderbilt, señaló que la investigación ofrece una fuerte justificación para que se realice más investigaciones sobre el uso de la nicotina en personas con indicios tempranos de pérdida de memoria.