Naciones Unidas instó hoy a las partes en conflicto en Siria facilitar la llegada de ayuda humanitaria a los civiles atrapados por los combates, un tema que Damasco pide no manipular con fines políticos.

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En una reunión del Consejo de Seguridad, la secretaria general adjunta para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, abogó por presionar al gobierno y a los grupos irregulares ante la cercanía del invierno y la continuidad de los enfrentamientos.

La intensidad de los combates y los cambios en el control de territorios afectan la entrega de suministros a la población, dijo Amos, quien reconoció pasos dados por las autoridades para permitir la ayuda, pero también las acusó de obstaculizarla.

El órgano de 15 miembros sostuvo aquí la séptima reunión para el seguimiento a su resolución 2139 de febrero pasado, complementada por la 2165 de julio, que exigen a las partes el cese de la violencia, y las facilidades para asistir a las personas necesitadas.

Amos presentó un reporte del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, sobre la situación humanitaria y el cumplimiento de ambas normas en el convulso país levantino, sumido en el cuarto año de un sangriento conflicto caracterizado por el accionar de extremistas y mercenarios apoyados desde el exterior para derrocar al presidente Bashar al Assad.

Al igual que los anteriores, el texto atribuye las violaciones de los derechos humanos tanto al gobierno como a los grupos armados, una postura rechazada por Damasco, al considerarla sesgada y basada en elementos poco confiables, entre ellos los aportados por organizaciones alineadas contra las autoridades sirias.

Ban reconoce los estragos causados en la población civil por los irregulares, incluyendo el Estado Islámico (EI), extremistas sunitas que también operan en Iraq y se han convertido en el centro de la cruzada antiterrorista de Estados Unidos en el Medio Oriente.

Siria exige que la crisis se analice con objetividad y se admita de una vez que la solución a la misma pasa por dejar de respaldar a los fundamentalistas y mercenarios, a quienes responsabiliza por la muerte de miles de civiles y los severos daños a la infraestructura nacional.

El gobierno de al Assad asegura tener pleno compromiso con la atención humanitaria a las víctimas, expresado en la distribución de recursos a los afectados por las hostilidades y la cooperación con Naciones Unidas en esa dirección.

Asimismo, demanda el fin del doble rasero en materia de terrorismo y considera que aunque tardía, la respuesta a la amenaza extremista representada por el EI es bienvenida.

El vice primer ministro y canciller de Siria, Walid al-Moualem, denunció la víspera en la Asamblea General que Estados Unidos libra una cruzada contra los takfiristas, pero no deja de apoyar con armas, dinero y entrenamiento a lo que llama oposición moderada.

Al-Moualem recordó que su país llevaba mucho tiempo solicitando la condena al terrorismo y el cese de la ayuda a los grupos violentos.