Monsanto, la compañía proveedora de productos químicos para la agricultura, ha declarado que abrirá en México un centro para desarrollar la producción de las semillas híbridas, una instalación que podría perjudicar la biodiversidad del país.

Monsanto mexico
© REUTERS Bernardo Montoya
Mientras siguen saliendo a la luz nuevas evidencias del impacto negativo que tienen sobre la biodiversidad los cultivos transgénicos (OGM), la empresa Monsanto funda en Tlajomulco de Zúñiga, cerca dela ciudad de Guadalajara, un nuevo centro que servirá como plantación de maíz genéticamente modificado, informa el diario mexicano 'Economía hoy'.

Cada vez son más los países que reportan la contaminación cruzada causada por los organismos genéticamente modificados, cuyos genes terminan alterando otros cultivos y dañando los ecosistemas y las economías locales. El uso de herbicidas de Monsanto lleva a la desaparición gradual de especies de insectos, como la mariposa monarca.

Las mariposas monarcas recorren hasta 4.000 kilómetros desde Canadá para llegar a los bosques mexicanos. Al atravesar el medio oeste de Estados Unidos logran la reproducción de la generación más longeva de su especie, que vive ocho meses, y que es la que finalmente llega hasta México, destaca el diario 'El País'.

Los expertos señalan que el uso del herbicida Roundup, elaborado por la multinacional Monsanto, impide el crecimiento de las plantas donde ocurre todo el proceso reproductivo de una especie tan simbólica para México que su imagen incluso se imprime en los billetes del banco nacional.

El último año la mariposa monarca ocupó solo 0,67 hectáreas de bosque, un 44% menos respecto al año anterior y el peor registro que se haya tenido en la historia de la migración de esta especie a México. Sin embargo, la entrada de Monsanto en México supone solo la repetición de lo que pasó en otros países.

De acuerdo con el blog Inhabitat.com, mientras que los empleados de Monsanto trabajan en los campos del archipiélago estadounidense de Hawái con respiradores de protección, los habitantes de la zona tienen que respirar un polvo tóxico que provoca enfermedades como asma, diabetes y el cáncer.