Dos ataques suicidas tuvieron lugar en la capital y en el sur del país árabe. 47 personas fallecieron cuando un terrorista se infiltró en una manifestación e hizo detonar un explosivo que llevaba puesto. Horas después, un sujeto estrelló su auto contra un puesto de seguridad matando a 20 soldados.

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© AFPTremendas y estremecedoras imágenes del atentado
Al menos 67 muertos dejaron dos ataques suicidas en Yemen, uno lanzado contra una manifestación chiíta en la capital y el otro contra un puesto militar en el sur del país.

En el más mortífero de ellos, al menos 47 integrantes del movimiento chiíta Hutí murieron cuando un suicida se infiltró en una marcha en la Plaza Tahrir de la capital yemení y detonó la carga explosiva que llevaba adherida a su cuerpo, dejando además 150 heridos, 40 de los cuales están en estado grave, según informó la agencia de noticias EFE.

En la manifestación, los hutíes marchaban contra la intervención extranjera en los asuntos internos yemeníes. La explosión no impidió que miles de seguidores del movimiento chiíta continúen sus protestas en la plaza Tahrir, adonde siguen llegando manifestantes.

Un segundo ataque tuvo lugar horas después en las afueras de la ciudad portuaria de Mukalla en la provincia Hadramaut cuando otro atacante estrelló su automóvil contra un puesto de seguridad, matando al menos a 20 soldados e hiriendo a 15, dijeron los funcionarios. Hadramaut es uno de varios bastiones de la rama yemení de Al Qaeda, que Washington considera la más peligrosa de esta red de ultraderecha islámica.

Por el momento nadie se atribuyó la autoría de estos ataques, pero ambos llevan el sello de Al-Qaeda, que hace años lleva a cabo ataques contra el ejército, personal de seguridad e instalaciones gubernamentales.

Los hutíes, que controlan desde 2010 la provincia de Saada, protagonizaron protestas populares y enfrentamientos armados con las fuerzas de seguridad desde agosto pasado, e incluso llegaron a tomar el control de numerosos edificios gubernamentales de la capital yemení. El miércoles por la noche, el líder de este grupo, Abdelmalek al Huti, acusó a Estados Unidos de influir en el nombramiento el martes como primer ministro yemení de Ahmed ben Mubarak, y convocó manifestaciones para hoy con el fin de rechazar su designación.

Horas después de la denuncia, Ben Mubarak renunció al cargo "para proteger la unidad nacional y evitar las divisiones". Su dimisión fue aceptada por el presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi. Tras la renuncia de Ben Mubarak, los hutíes habían retirado la convocatoria a la protesta, pero finalmente decidieron llevarla a cabo contra la injerencia de Estados Unidos.