Todo pagado con tarjeta o con móvil. Prácticamente nadie usa el efectivo. No es ciencia ficción. Ya está aqui. En Suecia cuatro de cada cinco compras se pagan electrónicamente o con tarjeta de débito o crédito. Y no es un cambio meramente económico. Provoca un verdadero cambio social: los mercadillos se han tenido que adaptar, los robos a mano armada en bancos casi han desaparecido, las transacciones en negro se convierten en algo marginal porque queda registro de casi todo y Hacienda controla mejor todos los movimientos de los contribuyentes.

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© ReutersParlamento de Suecia, en Estocolmo, en plena sesión
Hoy día los suecos son los campeones en el uso de las tarjetas de débito y de crédito: Las utilizan casi cada día, en concreto realizan un promedio de 260 transacciones por persona por año. El panorama es muy diferente en el sur de Europa. En Italia, por ejemplo, tres cuartas partes de todas las compras de los consumidores están siendo pagadas en efectivo, según un nuevo informe de la Federación de Comercio de Suecia (Svensk Handel).

En España, por su parte, cada vez sacamos menos dinero en efectivo que antes, aunque la cultura del dinero en el bolsillo sigue muy extendida. En 2013 por ejemplo, el importe total retirado de los cajeros automáticos cerró en retroceso, al sumar 109.233 millones , un 1,22% menos que en 2012, lo que supone el nivel más bajo desde 2006, cuando se sacaron 107.976 millones. Esta actitud en la periferia sureña de Europa "se debe a "la poca confianza en las autoridades y el sistema bancario", afirma Niklas Arvidsson, profesor asociado de la dinámica industrial, a la publicación sueca The Local.

Suecia está por tanto casi preparada para liberarse por completo del dinero físico, pero un paso tan drástico no es fácil, aún tardará en llegar. En concreto, el profesor citado estima que no será una realidad hasta el 2030.

Una sociedad libre de efectivo crea un entorno más seguro para trabajadores y clientes y reduciría los costos derivados del manejo de dinero, estimados en alrededor de 8.700 millones de coronas (1,2 millones de dólares), alrededor del 0,3% del PIB sueco. Desde el punto de vista de la seguridad, la bancarización de los pagos ha permitido que se produzca un fuerte descenso de los atracos. En 2012, tan sólo se perpetraron cinco asaltos a bancos, según la Asociación de Banqueros de Suecia - la cifra más baja en 30 años.

La propagación de tarjetas y pagos electrónicos ha sido vertiginosa incluso en la a calle, incluyendo a los vendedores de frutas y verduras o a los comerciantes sin techo que operan en mercadillos organizados. Además, la irrupción de sistemas de pago electrónicos, como Swish es una nueva vuelta de tuerca a la implantación de mecanismos para transferir pequeñas sumas sin tener que recurrir a los cajeros.