Dirigido por el doctor Stanley Hazen, del Instituto de Investigación Lerner y el Instituto Familiar Miller del Corazón y Vascular en la Clínica Cleveland (EE UU), el estudio muestra cómo las bacterias del intestino transforman un nutriente que se encuentra en la carne roja en metabolitos que aumentan el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular. Los hallazgos podrían conducir a nuevas estrategias para salvaguardar la salud cardiovascular de las personas.
Una investigación previa de Hazen reveló una vía por la que la carne roja puede promover la aterosclerosis o el endurecimiento de las arterias. Las bacterias en el intestino convierten la L-carnitina, un nutriente abundante en la carne roja, en un compuesto llamado trimetilamina, que a su vez cambia a un metabolito llamado N-óxido de trimetilamina (TMAO, por sus siglas en inglés), que promueve la aterosclerosis.
Con este nuevo trabajo, Hazen y su equipo amplían su investigación anterior e identifican otro metabolito, llamado gamma-butirobetaína, que se genera en mayor medida por las bacterias del intestino después de ingerir L-carnitina, y también contribuye a la aterosclerosis.
"Aunque sea en el futuro, los estudios actuales pueden ayudarnos a desarrollar una intervención que permita comernos un bistec con menos preocupación por el desarrollo de enfermedades del corazón", celebra Hazen.Los investigadores encontraron que la gamma-butirobetaína se produce como un metabolito intermediario por los microbios en una tasa mil veces mayor que la formación de trimetilamina en el intestino, siendo el metabolito más abundante generado a partir de la ingesta de L-carnitina por microbios en los modelos de ratón examinados.
Por otra parte, la gamma-butirobetaína puede convertirse en trimetilamina y TMAO. Sin embargo, curiosamente, las bacterias que producen gamma-butirobetaína a partir de L-carnitina son diferentes de las especies bacterianas que producen trimetilamina a partir de L-carnitina.
El descubrimiento de que el metabolismo de la L-carnitina implica dos vías microbianas del intestino diferentes, así como distintos tipos de bacterias, sugiere nuevos objetivos para la prevención de la aterosclerosis, por ejemplo mediante la inhibición de diversas enzimas bacterianas o cambiando la composición bacteriana del intestino con probióticos y otros tratamientos.
Comentario: Tal vez, el problema aquí no es la carne roja en sí misma sino el desbalance en la flora intestinal como consecuencia de la alimentación moderna aberrante, las toxinas ambientales y los fármacos consumidos casi a diario. La carne de buena calidad no tiene efectos nocivos en la salud si es que se la consume de manera adecuada, por ejemplo, carnes con bastante grasa en vez de carnes magras y manteniendo una proporción adecuada de proteínas diarias. Para más información, vea:
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