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(España) - Agentes forestales y cazadores han recibido el permiso para abatir a los perros salvajes que han matado más de 200 ovejas en asaltos a una granja de Seròs.
"Los perros salvajes son perros que la gente ha ido abandonando por estas sierras y que se han apareado y han tenido crías. Los primeros días son mansos pero cuando el hambre aprieta son muy violentos. Ahora los hay que ya han nacido salvajes y tenemos el problema de que estos animales no tienen miedo al hombre: se enfrentan a él".

Jaume Teixidó es el presidente de la Federación de Caza en Lleida y amigo personal de Ramón Agustí, el pastor de Seròs, un municipio pequeño del Segrià, a quien los perros salvajes han atacado dos veces el rebaño de ovejas y cabras.
La primera vez le mataron más de doscientos animales mientras que en el segundo ataque solo murieron dos porque él se había quedado a dormir en la finca y al escuchar el ruido salió a asustarlos, "de nada sirve el pastor electrónico -una alambrada electrificada- porque la saltan, igual que saltan el muro", afirma Ramón, que también reconoce que "estoy harto de quedarme a dormir en la finca pero gracias a eso salvé a mis animales el otro día".

Ahora, los agentes forestales y los cazadores han recibido el permiso para abatir a los animales. Hace días que hacen batidas por las tierras del bajo Segrià, de hecho, es muy normal que coincidan en el mismo espacio los forestales, los cazadores e incluso los agentes de los Mossos d'Esquadra. Incluso han puesto trampas en algunas zonas donde se los ha visto para ver si los cazan.

Estas batidas ya han generado también reacciones entre las asociaciones pro animales. En este caso, el Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA) ha condenado mediante un comunicado las batidas que se están realizando y ha anunciado que interpondrá una denuncia contra el consistorio y contra la Generalitat por permitirlas.

La zona, con barrancos y sierras, es muy adecuada para que se escondan los animales que después atacan tanto ovejas como hombres "alguno incluso se ha encarado con algún cazador. Nosotros tenemos miedo de venir a esta zona porque no queremos que hagan daño a nuestros perros", reconoce el presidente de los cazadores mientras Ramón asiente. "Se ha visto una manada de catorce o quince, pero no sabemos si hay más porque si una perra ha parido, no va con los que cazan", dice Jaume.

Después del permiso recibido el jueves en una reunión entre todas las partes, la idea es que todo el mundo esté localizable. Llorenç Ricou, el responsable de los Agentes Forestales en Lleida asegura que "cuando alguien localice la jauría, inmediatamente se avisará al resto y se organizará la batida". Una batida que esperan sea definitiva aunque destacan que el problema seguirá existiendo mientras la gente siga abandonando a los animales.