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¿La rápida caída de los precios del petróleo pueden desencadenar un desastre en el mercado de derivados de materias primas? Si el precio del petróleo se mantiene en este nivel o desciende aún más, alguien por ahí va a tener que absorber pérdidas masivas.

En algunos casos, las pérdidas serán absorbidas por los propios productores de petróleo, pero muchos de los grandes actores de la industria ya han cerrado tratos para el próximo año preveyendo altos precios de su petróleo a través de los contratos de derivados.

Las empresas utilizan estos contratos de derivados por un par de razones.

La primera es que muchos prestamistas no les prestan dinero si no demuestran que han cerrado sus contratos con precios del petróleo más altos que sus costes de producción.

La segunda razón, es que los contratos de derivados protegen las ganancias de los productores de petróleo de los altibajos acentuados del mercado. Estos altibajos dramáticos rara vez se producen, pero cuando suceden, pueden ser demoledores.

Así que las compañías petroleras que han cerrado sus contratos de derivados preveyendo altos precios del petróleo para 2015 y 2016 se pueden sentir bastante seguras ahora mismo.
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Pero, ¿quién está en el otro extremo de esos contratos? En muchos casos, son los grandes bancos de Wall Street y si el precio del petróleo no se recupera sustancialmente, eso podría enfrentarles a pérdidas absolutamente colosales.

Se ha estimado que los seis bancos más grandes de EEUU, aquellos que son considerados "demasiado grandes para quebrar", controlan 3,9 billones de dólares en contratos de derivados de materias primas. Y una gran parte de esa cantidad hace referencia a derivados del petróleo.

A mediados del año que viene, podríamos enfrentarnos a una situación en la que muchos de estos productores de petróleo hayan cerrado sus contratos de derivados a un precio de 90 o 100 dólares por barril por su petróleo, pero que en realidad, el precio haya caído hasta alrededor de los 50 dólares por barril.

En tal caso, las pérdidas para aquellos que estén en el lado equivocado de los contratos de derivados serían astronómicos.

A estas alturas, algunos de los mayores productores en la industria del petróleo de esquisto ya han cerrado contratos a altos precios para la mayor parte de su petróleo para el año que viene.

Algunos productores estadounidenses han cerrado contratos a precios más altos a través de contratos de derivados. Por ejemplo, Noble Energy y Devon Energy han cubierto así el 75% de su producción para 2015. Por su parte, Pioneer Natural Resources afirma que tiene opciones para 2016 que cubren dos tercios de su probable producción. Así que estas empresas están altamente protegidas ante la bajada del precio del petróleo.
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Pero no todos los productores de petróleo de esquisto se han protegido de la misma manera. Aquellos que no lo hayan hecho se encuentran en peligro de hundirse.

Por ejemplo, Continental Resources invirtió aproximadamente 4 mil millones de dólares en fondos de cobertura hace alrededor de un mes, apostando a que los precios del petróleo volverían a subir. Pero los precios no han hecho más que caer, por lo que ahora esta empresa es probable que afronte algunos problemas financieros...

Y es que cuando la economía está estable, el mercado de derivados funciona bastante bien la mayor parte del tiempo.

Pero cuando hay inestabilidad y sucesos inesperados, como caídas dramáticas en el precio del petróleo, es cuando aparecen los grandes ganadores y los grandes perdedores.

Y no importa lo complicados que sean estos derivados ni importa cuántas veces usted le transfiera el riesgo a otros, nunca se pueden hacer este tipo de apuestas de forma totalmente segura.

Así nos lo explica el analista Charles Hugh Smith en un artículo reciente...
"La financiarización siempre se basa en la presunción de que el riesgo puede ser anulado por las apuestas de cobertura realizadas con alguna contraparte que acarree con el riesgo de tu apuesta. Es decir, con alguien que te cubra las espaldas si tu apuesta falla. Esto suena atractivo, pero como he señalado muchas veces, el riesgo no puede desaparecer, sólo se puede enmascarar o transferir a otras personas.

Basarse en que habrá alguna contraparte que pagará, no hace que se desvanezcan los riesgos; sólo enmascara el riesgo de incumplimiento de pago por tu parte, transfiriendo ese riesgo a aquellas entidades que te cubren las espaldas, que luego lo transfieren a su vez a otras contrapartes que cubren las suyas, y así sucesivamente.

Este acto de desaparición ilusoria no ha hecho desaparecer el riesgo: más bien, ha servido para crear una línea de fichas de dominó que están a la espera de que en algún lugar caiga una de las fichas.

Cuando eso suceda, provocará la caída de toda la línea de dominós financieros.

La caída del 35% en el precio del petróleo es la primera ficha de dominó que cae.

Todos los préstamos supuestamente seguros, de bajo riesgo y las apuestas realizadas con el precio del petróleo, hechas con la confianza suprema de que el petróleo seguirá cotizando alrededor de los 100 dólares por barril, ahora se han revelado como apuestas de alto riesgo"


Lo cierto es que en los últimos años, Wall Street se ha transformado en el casino más grande de la historia del mundo.
Casi siempre los grandes bancos son muy cuidadosos asegurándose de que controlan la situación, pero esta vez su castillo de naipes puede venirse abajo.

Si usted piensa que esto es una buena noticia, debe tener en cuenta que si colapsan, eso virtualmente garantiza una crisis económica en toda regla para todos nosotros. Si colapsan se llevarán al sistema entero con ellos.

El sistema económico es tan dependiente de estos bancos que no hay manera de que pueda funcionar sin ellos, especialmente en EEUU.

Realmente, la economía mundial está en grave peligro en estos momentos...