Los recuerdos de eventos traumáticos pueden ser difíciles de eliminar, y ahora los científicos dicen que entienden por qué. Estudios en ratas de laboratorio han revelado, por primera vez, el mecanismo cerebral responsable de convertir las experiencias desagradables en recuerdos de larga duración.

conexiones_neuronas
© Desconocido
La teoría de la Plasticidad de Hebb

Los resultados apoyan una hipótesis de hace 65 años llamada Plasticidad de Hebb. Esta idea establece que en cuando se produce un trauma, como ver a un perro hundir sus dientes en la pierna, hay más neuronas en el cerebro enviando impulsos eléctricos a la vez y creando conexiones más fuertes entre sí que en situaciones normales. Y, por tanto, las conexiones más fuertes hacen que los recuerdos sean más fuertes.

Los nuevos resultados no sólo son un avance importante en la comprensión de los investigadores de cómo actúa la plasticidad de Hebb, sino que también pueden conducir a tratamientos para ayudar a los pacientes a olvidar los recuerdos horribles, tales como los asociados con el trastorno de estrés postraumático (TEPT).

La Plasticidad de Hebb funciona cuando una región del cerebro llamada amígdala permite que estímulos sensoriales se asocien con resultados, ya sean gratificantes o aversivos, produciendo así los recuerdos emocionales. El dicho en el campo es que " "las células que se disparan juntas, permanecerán conectadas" formando conexiones fuertes.
"Estos procesos de activación de almacenamiento de memoria aversiva pueden representar un mecanismo general de formación de la memoria que se comparte a través de otros sistemas de aprendizaje en el cerebro"
Anteriormente los investigadores, dirigidos por Joseph LeDoux, director del Instituto del Cerebro Emocional de la NYU, encontraron evidencia de la esta Plasticidad de Hebb utilizando células cerebrales que habían sido retirados de los animales. El nuevo estudio representa por primera vez que el proceso se observó en un cerebro de trabajo con memorias reales.

En el estudio, los investigadores trabajaron con ratas que fueron condicionados a asociar un tono auditivo con una descarga eléctrica leve en sus pies. Utilizando una nueva técnica llamada optogenética, los investigadores pudieron controlar y realizar un seguimiento de la trayectoria de los impulsos eléctricos en las amígdalas de las ratas.Cuando los investigadores debilitaron o bloquearon la señalización entre las neuronas, la memoria que unía el sonido con una descarga no se formó, lo que apoyó la idea de la Plasticidad de Hebb.

La Plasticidad de Hebb no lo puede explicar todo

Sin embargo, los investigadores también encontraron que la Plasticidad de Hebb no puede explicar completamente el proceso. Los científicos utilizaron el láser para estimular directamente las neuronas en la amígdala sin llegar a administrar la descarga, y encontraron que el recuerdo negativo no se formó, a pesar de la fuerte actividad neural. Esto implica que los mecanismos de Hebbian son importantes pero no suficientes por sí mismos para formar un recuerdo, y que las pequeñas moléculas llamadas neuromoduladores parecen ser necesarios para su formación.
"Nuestros resultados no sólo muestran que somos capaces de manipular artificialmente la memoria, sino también que esta manipulación se correlaciona con cambios duraderos en el cerebro"
Recordar los acontecimientos de miedo, como un ataque animal, claramente tiene ventajas desde una perspectiva evolutiva. Pero a veces los recuerdos pueden ser demasiado dolorosos. Para las personas que tienen este tipo de recuerdos, los nuevos resultados ofrecen esperanza, según los investigadores.
"Debido a la importancia de olvidar los recuerdos adversos muchos laboratorios están tratando de entender cómo se puede olvidar este tipo de recuerdos. Una posibilidad es que en lugar de 'olvidar' tratemos de revertir lo que sucedió durante la formación de la memoria. Nuestros resultados en este trabajo son importantes en este sentido y pueden permitir nuevos enfoques para mejorar el olvido o la reversión de aprendizaje de experiencias aversivas"
Fuente: Live Science